El leve descenso del termómetro anunciado para hoy, y que reducirá de rojo a naranja la alerta meteorológica, no debe ser motivo para bajar la guardia ante el calor extremo que estamos padeciendo, en varias zonas de Andalucía y España, pero particularmente en Córdoba. Además de que una máxima de 42 grados --prevista para hoy-- apenas supone alivio en la sensación térmica, la provincia acumula ya tres jornadas de temperaturas extremas, por lo que parece acertada la decisión de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía de mantener hasta el próximo lunes el máximo nivel de alerta sanitaria (aviso rojo) en Córdoba. Y es que el calor extremo requiere una extrema vigilancia, actitud que está demostrando hasta el momento unos buenos resultados, precisamente en los días en los que Córdoba ha batido su máxima histórica --el jueves se alcanzaron 46,9 grados centígrados-- medida en el aeropuerto.

Estas desmesuradas subidas del termómetro han colocado a nuestra capital --y también a nuestra provincia-- en el punto de mira del interés informativo nacional y hasta internacional, con la llamativa novedad de que hasta la británica BBC nos ha llevado a sus informativos. A pesar de ello, los servicios de urgencias no han tenido incrementos significativos de actividad, y hasta ayer no se había producido ninguna víctima por golpe de calor. Esto quiere decir que las alertas funcionan: el control por parte de la Junta de Andalucía de las personas mayores que viven solas o carecen de medios, las recomendaciones sobre consumo frecuente de agua, cierre de ventanas, refrescar a los niños, tener especial precaución con los enfermos, no salir de casa en los momentos de mayor calima... Estas recomendaciones, que parecen de sentido común, no siempre han sido seguidas por los ciudadanos, dando lugar a situaciones de peligro que en alguna ocasión han tenido trágicas consecuencias. Igualmente es importante la insistencia sindical --ayer mismo lo recordaba UGT-- en la aplicación a rajatabla de la jornada intensiva en trabajos al aire libre, como la construcción o las tareas agrícolas. De hecho, la víctima mortal del pasado jueves en la provincia de Sevilla se debió a un golpe de calor.

Ya queda menos en esta primera --y esperemos que última-- ola de calor extremo del verano. La desmesurada subida de los termómetros hace pensar en que el cambio climático podría estarse produciendo más rápido de lo previsible, y Córdoba sería, según han señalado en varias ocasiones los grupos ecologistas, uno de los primeros territorios en padecerlo. Una reflexión que parece destinada a las altas instancias, y lo es, pero también a todos los ciudadanos, por la responsabilidad en el consumo y emisión de factores contaminantes, y a las instituciones cordobesas, para que insistan en sus programas de plantación de árboles, y en un urbanismo y mobiliario urbano pensado para combatir el calor.