Después de varios años con la epidemia de grafiosis y las repoblaciones realizadas, la ultima por la Confederación Hidrográfica, el Bejarano por un lado empieza a resurgir en cuanto a su bosque de ribera y por otro se está degradando debido a la exposición por la penetración del sol, aparición de algas, pérdida de oxígeno, aumento de la temperatura, que, junto a la pérdida de caudal por la explotación del acuífero, son los problemas ambientales que presenta este singular espacio. Quedan años para ver de nuevo el arroyo Bejarano que conocimos no hace mucho tiempo, pero sí podemos afirmar que nuestros hijos, que hoy riegan estos pequeños arbolitos, lo verán y serán ellos los que tomaran el relevo de ser guardianes de su riqueza, de su magia y cuidaran del duende que sigue escondido en sus rincones. Los voluntarios y todos los que participan de este proyecto vemos con esperanza su recuperación, cuidaremos de este bosque, apadrinaremos sus árboles y haremos posible el milagro. La Madre Naturaleza siempre acompaña esa labor y solo hay que acompañarla para asistir al nuevo nacimiento, lo hicimos con la charca abandonada durante cuatro años y que recuperamos y ahora lo haremos de nuevo, los más de 1.000 árboles plantados durante estos años de los cuales varios cientos ya sombrean el arroyo nos dicen que es posible y que lo veremos pronto... Personas como Luz Margarita González, Eugenio Oliva, José Ángel Cantueso, José Medina, Rosario Espadas, Fuensanta Ruiz, Carlos Flores, Sole Carpintero, Joaquín Revuelto son algunos de los protagonistas de esta bella historia que ya es una realidad y nuestros hijos que pronto tomaran el relevo de esta labor.

<b>Bartolomé Olivares</b>

Aguardentera (Córdoba)