Año tras año se va consiguiendo el objetivo de repartir los eventos festivos de Córdoba para evitar la excesiva congestión del mes de mayo. En este 2018 se aprecia con claridad --favorecido también por la temprana Semana Santa y las fechas en las que caen los fines de semana-- cómo la agenda de eventos se estira y ocupa también el mes de abril, de manera que la oferta cultural y festiva de la ciudad ya puede considerarse como un calendario de primavera, por más que la marca Mayo Festivo prime en las mentes de los propios cordobeses y de los visitantes. Las citas empiezan el próximo domingo con las famosas habas de las Ermitas, y se irán sucediendo con el pregón, la Cata del Vino y otras acciones hasta culminar con las Cruces de Mayo, que esta vez terminan el día 1 del próximo mes. Mayo se queda para la romería de Linares y los dos grandes reclamos: el Festival de los Patios y la Feria de la Salud. Las actividades, dadas a conocer ayer con el cartel de las fiestas (un merecido homenaje al pintor Tomás Egea, recientemente fallecido), plantean dos meses intensos pero no agobiantes, y podrían ser un buen reclamo para sostener e impulsar una ocupación hotelera que en lo que va de ejercicio ha ido a la baja. Aunque las razones de la pérdida de pernoctaciones requieren un análisis aparte y más información sobre los apartamentos turísticos, el planteamiento del ocio y cultura para esta primavera parece bien diseñado.