Ahora se escuchan elogios de quienes ven en China un sistema político adecuado para contener una epidemia como el coranovirus. Pero China es ejemplo perfecto de capitalismo económico más totalitarismo político, es decir, de fascismo, según la definición del profesor Elías Díaz. ¿Nos gustan los regímenes totalitarios? Luego, se olvida que de la ciudad china de Wuhan viene el virus y que allí existe un Instituto de Virología desde hace años. Ya en 1981 el escritor Dean R. Koontz imaginó una pandemia originada en Wuhan. Las teorías conspiranóicas se extienden pues. Una reciente en la Red afirma que «China se convirtió en el accionista mayoritario de las empresas radicadas en su país por europeos y estadounidenses. Xi Jinping aprovechó el pánico de los mercados por el coronavirus y compró acciones de empresas a precios regalados». ¿Es esto cierto o un bulo? Y, si fuera falso, ¿entraría dentro de la libertad de expresión o debería sancionarse? Y, si fuera cierto, ¿no habría que tomar medidas contra China por exportar la pandemia por razones económicas? (Los ciudadanos chinos habrían sido víctimas también por daños colaterales, «fuego amigo»). O, dicho de otro modo, si estamos «en guerra», como lo afirman todos los altos dirigentes, es lógico que nuestro general Miguel Ángel Villarroya acabe de enlistarnos a los españoles como «Soldados... en una contienda bélica sin armas... o con otras armas». Y Ángela Merkel considera que Europa no ha vivido un momento así desde la II GM. Pues bien, si estamos en guerra, una vez derrotado el enemigo, ¿no habría que pedirle responsabilidades, no al covid-19, que es solo un agente infeccioso microscópico que no entiende de ética ni moral ni de derechos humanos, sino al Gobierno chino que lo habría, en este supuesto, utilizado como arma química? Incluso si hubiera sido involuntario, es decir, debido a la costumbre china de comerse todo lo que se mueve y trasladar el virus de los animales a la cadena alimentaria de los humanos, ¿no se castiga el homicidio involuntario? ...Tal vez me he pasado en mi soledad. Pero, según información de Javier G. Hernández publicada en el prestigioso New York Times (18/3), en China, además de utilizarse métodos maoístas de movimientos de masas, se ha «detenido a ciudadanos periodistas, censurado agresivamente noticias y expulsado a reporteros extranjeros cuya información era considerada difamatoria». ¿A quién creemos, al Gobierno chino o al periodista del diario neoyorquino? En estas especulaciones me topo con una verdad: que son los humanos los que transmiten el virus a otros humanos y. por eso, hay que confinarlos entre cuatro paredes por su propio bien.

* Comentarista político