Parafraseando a un grupo musical español de los 80, corren malos tiempos para la lírica. La crisis económica global que aún arrastramos, la pérdida de valores en general y la tendencia a ir cada uno a lo nuestro, nos está convirtiendo en una sociedad tristemente egoísta e insolidaria, siendo todas aquellas entidades que conformamos el tejido asociativo unas de las grandes perjudicadas por esta situación. Sin embargo, la solidaridad altruista se abre paso en ocasiones y la vida nos sorprende con pequeñas historias para recuperar la fe en la condición humana. En este caso, los grandes protagonistas de nuestra pequeña historia son, por un lado, Lucía Sánchez (médica de familia) y Juan Luis Romero (médico internista), ambos residentes del HURS, y por otro, el colectivo de afectados cordobeses de Esclerosis Múltiple, representado por Acodem.

No tienen ningún familiar directo afectado (que suele ser lo normal en estos casos) y aun así (lo que da más valor a su gesto), Lucía y Juan Luis decidieron darle un sentido solidario a un día tan importante para ellos como el de su boda, y pensaron en convertir el típico regalo de recuerdo de su boda en un donativo para la Asociación Cordobesa de Esclerosis Múltiple. Después se plantearon la posibilidad de ir un poco mas allá y realizar un evento que diera visibilidad a los cordobeses afectados por esta enfermedad y se pusieron manos a la obra.

El resultado final de todo ese esfuerzo solidario pudimos verlo el pasado domingo 12 de mayo, en el Torneo de fútbol 7 a beneficio de Acodem que se celebró en las instalaciones del colegio La Salle de Córdoba, en el que participaron ocho equipos, integrados por profesionales del hospital Reina Sofía (entre médicos, residentes, estudiantes), y también familiares, amigos de la pareja de novios, exjugadores del Córdoba CF y voluntarios de Acodem. No vamos a hacer aquí referencia a que equipo ganó. No es importante porque la ganadora, sin duda, fue la solidaridad mostrada por Lucía y Juan Luis. Estas pocas líneas son insuficientes para nombrar a todas aquellas personas que han participado y se han volcado con este acto. Les damos las gracias a todos, pero especialmente a esta pareja de médicos cordobeses, que nos permite cambiar la frase de la canción y decir que, aún hoy, corren buenos tiempos para la lírica.