La empecinada irracionalidad secesionista se convierte en vodevil cuando el ya expresidente de la Generalitat de Cataluña, pide a su pueblo que «resista» (?) mientras él se marcha con cinco de sus consejeros a Bruselas a buscar comprensión y hasta asilo (?) político. Ya le han dicho los belgas que a quién se le ocurre, pero algo más inventará para mantener vivo su mundo paralelo y seguir rehuyendo responsabilidades. Si el voto secreto de los diputados que han puesto en una tremenda tesitura a Cataluña y a España ya dio evidencias de su valentía, lo de ayer se asemeja a la película de cambio de identidades Tú a Londres, yo a California, que en este caso viene a titularse Puigdemont a Bruselas y los Jordis a la cárcel de Soto del Real. Tremendo.