Esta carta es acerca de la normativa, ley, o como quieran llamarlo. Soy una ciudadana de a pie que paga sus impuestos y cumple las normas aunque me parezcan injustas, como esta del Ayuntamiento de cobrar por bovedillas compradas en su día a perpetuidad. Ahora necesitan un heredero que esté vivo y se haga responsable de dicha bovedilla, hasta que este fallezca y se tenga que pagar de nuevo.

Mi pregunta es si a las personas que como yo no tengan descendencia, me exhuman y la bovedilla queda disponible para venderla de nuevo. Particularmente, a mí me da igual, pero me duele que mi madre la comprara con tanto sacrificio e ilusión para estar con mi padre para siempre, y por esta normativa no pueda cumplir su deseo. Y la cuestión es que si los difuntos que reposan desde el siglo XIX y los personajes que allí reposan correrán la misma suerte.

Hay que respetar a las personas que no se pueden defender.