No lo dicen en voz muy alta, pero a las autoridades cordobesas les preocupa la temprana edad de los jóvenes que, durante los días de la Feria, repiten botellón en el Balcón del Guadalquivir. Ya no es solo el miércoles, fecha clave de este macroencuentro en el que las masas de asistentes son tan arrolladoras que el Ayuntamiento poco puede hacer más que vigilar y limpiar después toneladas de basura. Se trata de que a diario se forma este cónclave presidido por las bebidas alcohólicas y en el que los participantes son en gran parte adolescentes, menores de edad que en muchos casos no lo parecen, aunque si son identificados se avisa de inmediato a los padres. En estos casos, lo fácil es mirar a otro lado; lo difícil, a veces casi imposible, es educar.