Que no se nos enfaden los bomberos, a los que admiramos y respetamos, y, a fin de cuentas, no vamos a referirnos a uno de ellos, sino al jefe de los voluntarios del Infoca de la localidad cántabra de Ramales, un joven de 26 años detenido como sospechoso de haber provocado uno de los incendios en la zona. La expresión «bombero incendiario» es una alegoría muy utilizada para referirse a personas que, en vez de cumplir su cometido de resolver un problema o un conflicto, lo agravan y lo reavivan, como el fuego. Pero también existe la figura del pirómano que se acerca al mundo de la extinción de incendios porque le fascina el fuego y quiere provocarlo, o los que tienen tanto deseo de ser héroes que si no existe la tragedia la desencadenan.