. No confundir, por favor, con nuestros artistas flamencos, ni con las zancudas aves rosáceas. Este flamenco bocazas del que hablamos es el presidente del parlamento de Flandes, Jan Peumans, que, en su amor por el proyecto independentista de Cataluña, se permite descalificaciones hacia la democracia española e incluso la compara con Bosnia. Tan reiterativo e insultante es el flamenco --se ve que no ha superado lo de los Tercios-- que el Gobierno ya ha llamado tres veces a consultas al embajador del Reino de Bélgica, y ayer, más que quemado, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, ordenó retirar el estatus diplomático al delegado del Gobierno de Flandes en España.