Hace poco se ha publicado un libro que lleva por título El Papa de la ternura, cuya autora es Eva Fernández, filóloga convertida en periodista, corresponsal de Cope en el Vaticano e Italia. Desde Roma, informa a diario sobre el Papa Francisco, sigue de cerca sus pasos y le acompaña en todos sus viajes internacionales. El libro habla y trata de la ternura que Francisco prodiga por todas partes y en todo momento. Fue él mismo quien nos habló de la «revolución de la ternura» y de la bella «ciencia de las caricias». Si tenemos ocasión, si queremos saborear las esencia de la vida, si queremos conocer a fondo el corazón del Papa, no olvidemos incluir este libro entre las lecturas obligadas de nuestras vacaciones. Eva Fernández, al lado de Francisco, ha visto, oído y palpado, los diversos encuentros que ha mantenido el pontífice con los más débiles, abandonados, pobres, presos, enfermos... Todo un catálogo de maravillosos gestos, de hermosos pensamientos, de consejos y sugerencias que le han ido brotando desde la orilla de la fe, del amor de Dios y de su propio corazón. Fue en el videomensaje del 26 de abril de 2017, a la Conferencia TED, celebrada en Vancouver (Canadá), donde el Papa definió el verdadero significado de la ternura: «¿Qué es la ternura? Es el amor que se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos. La ternura es usar los ojos para ver al otro, usar los oídos para escuchar al otro, para oír el grito de los pequeños, de los pobres, de los que temen el futuro; escuchar también el grito silencioso de nuestra casa común, la tierra contaminada y enferma. La ternura consiste en utilizar las manos y el corazón para acariciar al otro, para cuidarlo. El futuro de la humanidad no está solamente en manos de los políticos, de los grandes líderes, de las grandes empresas. Sí, su responsabilidad es enorme. Pero el futuro está, sobre todo, en manos de las personas que reconocen al otro como ‘tú’ y a ellos mismos como parte de un ‘nosotros’. ¡Ternura! El Señor nos ama con ternura. El Señor conoce esta bella ciencia de las caricias, esta ternura de Dios. No nos ama con las palabras. Él se acerca y nos da ese amor con ternura. ¡Cercanía y ternura!». Quedará, sin duda, en los anales de las más hermosas palabras, de las más profundas enseñanzas de un pontífice de la Iglesia, esta definición y esta explicación del verdadero significado de la ternura en el seno del cristianismo. Hace poco, moría Jean Vanier, apóstol de la ternura, fundador de El Arca, para la acogida de los discapacitados. Un día, Jean le preguntó a una amiga: «¿Sabes cuál es la clave del amor?» Saber decir «Te necesito». Jean Vanier construyó puentes, rompió barreras interiores y exteriores con su delicadeza y con esa sonrisa suya, propia de un santo: «La gente viene a la comunidad porque quiere ayudar a los pobres, pero se queda en la comunidad porque se da cuenta de que ‘ellos’ son los pobres». El libro de Eva Fernández nos habla de un Papa, Francisco, que tiene como argumento central de su magisterio, la ternura. Cada capítulo es un oasis de bondad y de ternura, en el paisaje o en el encuentro que protagoniza. Vale la pena. Porque como dice también el pontífice: «la ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes. La ternura no es debilidad, es fortaleza». Ahora que la vida es verano y, para muchos, descanso, bueno será leer y aprender la cultura siempre eterna de la ternura.

* Sacerdote y periodista