A estas alturas, es de sobra conocido que la crisis económica que aún padecemos tuvo su origen en las tres negativas del Gobierno Zapatero. A saber: primero, negando la existencia de burbuja inmobiliaria, a pesar de los avisos provenientes del exterior; segundo, negando la crisis financiera, afirmando que nuestros bancos jugaban en la champions league; y tercero, negando la crisis económica, memorable el debate Solbes-Pizarro de la campaña electoral de 2008. A pesar de ello, no estuvo solo en la nefasta gestión posterior, concretamente en la financiera. Repasemos. Cuando estalló la crisis inmobiliaria, se disparó la morosidad de las entidades financieras, especialmente la de las cajas de ahorro debido a su elevada exposición hipotecaria. La consecuencia fue la de intentar cubrir rápidamente el déficit de capital, cosa que hicieron básicamente a través de dos vías: una, vendiendo inmuebles bajo la fórmula de sale and leaseback (venta y posterior alquiler al comprador) y, dos, emisión de las tristemente famosas participaciones preferentes. No obstante, era tan grande el agujero en algunas -Cajamadrid, Bancaja y Caixa Cataluña, por ejemplo--, que dichas medidas fueron insuficientes.

En ese contexto, año 2010, el Gobierno decide impulsar la creación de Bankia con la complicidad del PP, IU, sindicatos y Banco de España. El PP, por ser el partido que gobernaba (¿casualidad?) las siete cajas integrantes --Cajamadrid, Bancaja, Insular de Canarias, Ávila, Segovia, Rioja y Laietana--; IU y sindicatos, por formar parte de sus consejos de administración y el Banco de España, con su autorización preceptiva. Después la salida precipitada a bolsa, pues había que enviar un mensaje a Europa de que el sistema financiero estaba saneado, con el visto bueno de los reguladores, o sea, Banco de España y CNMV. Y prueba de lo dicho, es que cuando se conoció la chapuza bursátil, todos se quedaron callados y quietos como estatuas. Tuvo que ser el reciente partido UPyD, el que se moviera interponiendo denuncia ante la Audiencia Nacional.

Gracias a ello vamos conociendo, aunque lentamente, lo sucedido y pienso que la reciente imputación de los responsables de los supervisores, ayudará en ese sentido. Por todo lo dicho, considero muy pertinente la solicitud realizada en el Congreso por los partidos políticos para que se investigue y aclare lo sucedido en la gestión de las cajas de ahorro y la salida a bolsa de Bankia. Los miles de millones de euros y, sobre todo, los miles de puestos de trabajo perdidos, lo justifica. Espero que al final se declare lo que todos sospechamos, que fue, primero, la gestión política de las cajas y después, la gestión política de su crisis, lo que condujo al mencionado desastre.

<b>Álvaro Valverde de Diego</b>

Córdoba