Era innecesario que la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en su reciente intervención en la localidad navarra de Cascante en el Día de la Rosa del PSN, utilizara el termino «patriotas de la bandera en el balcón», para referirse, según ella a los que «dicen que nos hemos vendido al independentismo». Como no me cabe la menor duda, querido lector/a, su perspicacia habitual se habrá percatado de que Adriana, hayamos dicho o no usted y yo que ella o los suyos se han vendido al independentismo, si en alguna ocasión hemos colocado una bandera de España en nuestro balcón, entramos dentro de la clasificación de balcony patriots, que dicho así en inglés suena hasta más sociológico y menos demagógico. Pero la sociología no conoce este concepto. Es más, está fuera de toda ciencia. Y si tratamos de buscar una definición a la intención clara y rotunda de Adriana de meternos despectivamente a todos los que ponemos o hemos puesto una bandera española constitucional y democrática en nuestro balcón, en el saco de los patriotas de balcón, podemos encontrar una, ¡Ahí va!: «Actitud política y social de discriminación y separación racial, religiosa o política». El concepto que se está definiendo, según el Gran Diccionario de la Lengua Española, es segregacionismo. Ahora sí que nos podemos llamar los Balcony Patriots, con todo el derecho del mundo, pues los que ponemos una bandera española en nuestros balcones lo hacemos por puro y simple orgullo de ser españoles y no para ir en contra de la baba políticamente correcta que el esnobismo político invente en cada momento. Pero corren tiempo en los que para sentirse español sin más y ostentar la bandera española, hay que constituirse en un movimiento por el derecho a ser españoles con bandera, en el balcón. Pues que así sea. The Balcony Patriots. ¿Se apunta?

* Mediador y coach