Dice un conocido banquero que su indicador favorito para ver por dónde va la economía es la cartera de pedidos industriales. Todo lo demás, está bien, pero le resulta un tanto etéreo.

Indicadores como la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) intentan medir lo que está pasando en la economía. La cartera de pedidos, sin embargo, anticipa lo que le va a pasar al PIB en los meses siguientes. Y a este banquero le resulta el mejor indicador para medir la confianza en el futuro pues parte de quienes han adelantado su dinero haciendo encargos que luego esperan vender en los meses siguientes. Esto no es una encuesta de opinión, esto es dinero en juego.

En las últimas semana se suceden las revisiones al alza sobre el crecimiento de la economía española. El último en hacerlo ha sido BBVA Research, que ha situado en el 2,3% la previsión para el 2019 (una décima por encima de su estimación anterior) después de haber comprobado que el segundo trimestre ha ido mejor de lo que se esperaba.

¿Pero qué depara el futuro próximo? El reconocido índice de gestores de compras (PMI, por su sigla en inglés) que elabora la empresa IHS Markit ha publicado su último informe sobre España el pasado 15 de julio. En él se pone de manifiesto la mayor caída de los nuevos pedidos industriales en los seis últimos años, desde abril del 2013, antes del inicio de la recuperación. El temor a los efectos sobre la industria de la guerra comercial entre EEUU y China también resta pedidos a los fabricantes españoles. Y aunque los pedidos a las empresas de servicios siguen al alza y eso, según los analistas de IHS Markit, equilibra el paisaje, se advierte de que «si continúa la caída en la industria, el contagio a los servicios será inevitable». Veremos.

Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) abundan en esa línea. La cartera de pedidos de la industria española retrocedió en mayo el 7,6% respecto al mes anterior y el 2,5% en relación al mismo mes del 2018. En los cinco primeros meses del año, sin embargo, anota un aumento medio del 3,5%.

Atendiendo a este último dato, se podrían llegar a conclusiones relativamente favorables sobre la confianza en el futuro de la economía española aunque con una luz intermitente de alerta encendida en el mes de mayo. Habrá que esperar.

Lo que está cayendo son los pedidos procedentes del exterior, sobre todo los de fuera de la zona euro. Es el reflejo en la industria de la guerra comercial en distintos frentes impulsada desde EEUU y de las tendencias proteccionistas en general, en todo el mundo.

En la industria del automóvil, por cierto, la alarma es total.

* Periodista