Una vez más, los vecinos y usuarios de los autobuses de Aucorsa (al menos los de la línea número 2), volvemos a ser los que «pagan el pato» por las decisiones tomadas por un grupo de individuos que se encuentran cómodamente sentados en sus sillones (desde los que es muy fácil hacer y deshacer sin importar las consecuencias).

Desde hace unas semanas, quienes nos disponemos a utilizar los autobuses de Aucorsa entre las seis y las siete de la mañana (no sé si los de las horas restantes también), no solo tenemos que soportar las gélidas temperaturas mientras esperamos en la parada, sino que, una vez dentro del autobús también tenemos que aguantar que el mismo vaya sin calefacción.

Al interrogar acerca del porqué al conductor, la respuesta te deja más helado aún: «¡Porque la empresa ha dicho que no se ponga, para evitar que el vehículo salga ardiendo!». Entonces... ¿cuándo llegue el verano, nos tendremos que asar de calor...?

Gracias, «mentes pensantes», por dejarnos helados durante lo que dura nuestro trayecto en el autobús, por una decisión tomada de «forma tan arbitraria». ¡Y pensar que están en sus puestos gracias a los impuestos que todos pagamos!