Aprovechando la oportunidad que me brinda este medio me gustaría comenzar estas líneas con palabras de agradecimiento para la Junta Directiva por avalar y respaldar mi candidatura a la Presidencia de Asfaco. Se ha conseguido un equipo conformado por destacados miembros y empresarios de nuestra ciudad y que, a buen seguro, entre todos, llevaremos a Córdoba al nivel de empleo de calidad y de inversiones que esta ciudad se merece.

Pero si en especial hay que agradecer, no es sino a mi predecesor, D. Miguel Ángel Tamarit Campuzano, a quien de forma personal le escribo. Nada de un párrafo para decir gracias, simplemente gracias D. Miguel. Gracias por estos años de dedicación a la sociedad cordobesa y andaluza, gracias por ser testigo de tu generación y de la modernización de una España que necesitaba del valor y del coraje de hombres de tu talla que, como el plus ultra, sobrevolaran la mar océana. Has dedicado parte de tu vida, más de una década, hurtándole tiempo a tu familia, a tus aficiones, a tu propia empresa, pero también he de decirte que ese tiempo no ha sido en vano, que, en lo más crudo de la crisis económica más desoladora que se recuerda en este país, has contribuido a que la sociedad cordobesa sea un poco mejor y que todos aquellos que te conocemos solo podamos decir que se marcha de Asfaco un señor y que lo hace como solo saben hacerlo los grandes maestros: sin hacer ruido, como Curro, una tarde cualquiera en La Algaba. D. Miguel, que la Virgen de Loreto, Madre Auxiliadora, te guarde muchos años. Años que esperamos pueda seguir compartiendo con nosotros ostentando la Presidencia de Honor pues, de común acuerdo y de forma unánime, así lo ha decidido la asamblea general.

La nueva junta directiva, que tengo el honor de presidir -difícil tarea porque mis talentos no son muchos y la empresa es compleja-, es una junta directiva que quiere continuar con la magnífica labor realizada hasta la fecha y a su vez quiere aportar la ingenuidad de la juventud, sin olvidar aceptar con gratitud las enseñanzas de nuestros mayores.

¿Cuándo es el momento? Creemos que es ahora, es nuestro tiempo y sobre todo nuestra responsabilidad, no podemos conformarnos con lo recibido pues es nuestra obligación moral preparar una España mejor para nuestros hijos. La historia es nuestra, y tenemos que ser capaces de trasladar que ser empresario es una forma de vida, que se arriesga el patrimonio personal y familiar y se construyen sueños.

Desde esta nueva junta directiva prometemos trabajar por conseguir un verdadero consenso entre todos los actores económicos, luchando por los empresarios y por un trabajo digno, pues en la dignidad de cada trabajador está la del empresario. Prometemos ser generosos en el cumplimiento de nuestros deberes y austeros en el ejercicio de nuestros derechos, siguiendo nuestra vocación de servicio pues como decía S. Ignacio de Loyola, a la universidad se entra para aprender y se sale para servir.

Asfaco, como asociación que representa a empresas que en su conjunto facturan en torno a tres mil millones de euros y emplean a más de tres mil personas, apuesta firmemente por Córdoba, apuesta por un programa de futuro en el cual se compromete a apoyar, contribuir y fomentar planes, actividades y políticas que desarrollen la colaboración público privada como elemento vertebrador de las relaciones con la administración pública, impulsen las medidas destinadas a eliminar las trabas administrativas para la generación de empresas y el inicio de actividades y liberalización de sectores estratégicos para la ciudad como la agricultura, la construcción o el turismo, que hagan posible un crecimiento sostenible y un salario acorde con los nuevos tiempos facilitando la creación de empleo de calidad y potenciando la formación profesional como base del desarrollo empresarial pues, en la excelencia, profesional y académica, está la piedra angular de nuestro proyecto.

Y, por supuesto, continuaremos con el Foro Economía y Sociedad, instrumento al servicio de Córdoba por donde han pasado ponentes de reconocido prestigio nacional e internacional y, esperemos, así siga siendo.

Estas, entre otras, serán las líneas maestras de nuestro compromiso, que, como sociedad civil, hacemos público.

No quiero terminar sin advertir que estas palabras han de servir para ponernos a disposición e invitar a todos aquellos que quieran colaborar con un proyecto nuevo de ciudad que garantice el respeto a ley y a los valores constitucionales, trabajando por que la única división que haya en España sea, como decía Ortega, la de José y la de Juan.

* Presidente de Asfaco