La irrupción de la alianza PP-Ciudadanos (+Vox) en la política andaluza y, en nuestro caso, en la local cordobesa, parece la de un comando de salvación. Mientras van pergeñando sus propios objetivos políticos, los consejeros andaluces y los ediles cordobeses van por ahí «desatascando», una acción que tiene su máxima expresión en el mundo de la fontanería, pero que es aplicable, con gran fuerza gráfica, a la resolución de los montones de expedientes que se acumulan en las mesas o en los ordenadores de los empleados públicos andaluces y cordobeses.

El Gobierno andaluz aterrizó prometiendo aliviar las listas de espera. Los pacientes andaban en una maraña administrativa, apelotonados en el limbo de la atención de las especialidades médicas o de la cirugía, y el consejero Jesús Aguirre nos puso los pelos como escarpias al estimar en más de 800.000 los andaluces que están pendientes de que se les haga caso antes de que su enfermedad vaya a más. Por muy campechano que sea en sus expresiones nuestro paisano el consejero Aguirre, no habló de atascos ni de desatascar, faltaría más, que son personas, pero la idea es la misma. En el caso de la sanidad, juega un poco nuestra afición a ir al médico masivamente -ruego me disculpen- y juega mucho más la falta de personal facultativo, de enfermería y demás tareas administrativo-asistenciales que van retardando pruebas y diagnósticos y a veces complicando la sanación o llegando demasiado tarde. No les aburro con cifras, porque, además, se habló de «listas de espera ocultas», que es lo más grave, y el PSOE, administrador de Andalucía durante 37 años, lo niega con ardor. Allá la política con sus discursos. La impresión es que no podemos creernos nada, pero parece que el río lleva algo de agua.

Bueno, pues la «nueva» Junta se ha puesto a reducir listas de espera con un «plan de choque», que es actualmente lo más. Proliferan, vaya. Hay otro plan de choque para desatascar las más de 3.000 licencias sin resolver, la mayoría medioambientales, que tienen los proyectos empresariales ahí, atorados. En la letra pequeña se descubre que unos mil expedientes son para chiringuitos playeros, y digo yo que qué prisa hay en llenar las playas de quioscos. Pero bueno, habrá que resolverlos, a favor o en contra. Otro plan para recuperar dinerito que nos deben... Y así.

En Córdoba, hay que desatascar los expedientes de contratación pendientes en el área de Gestión, pero el mayor escándalo está en la Gerencia de Urbanismo. Dice el gobierno local que hay 3.000 expedientes de solicitudes de licencia sin resolver, y ahí tenemos el «plan de choque» puesto en marcha por el presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes. Sobre el asunto llevamos años escuchando las quejas de muchos colectivos, especialmente empresariales, que se quejan de que entrar en Urbanismo es como aventurarse en una galaxia ignota donde no sabes si habrá oxígeno y agua o te espera una muerte segura. Pero la cifra la desmienten el PSOE, que gobernó la ciudad con su aliado IU, que se encargó en concreto de la Gerencia: Pedro García insiste en que son 944 expedientes y 1.900 de declaraciones responsables. Y los socialistas piden que se certifique oficialmente esa lista de espera administrativa. Hacen bien, pues lo contrario sería aceptar el discurso de la ineficiencia que lanzan PP y Ciudadanos. Ese mensaje que ha calado en nuestra ciudad de que el anterior gobierno municipal no hizo nada. Ni tanto, ni tan calvo.

Ahí están los nuevos gobiernos de la Junta y el Ayuntamiento, desatascando. Si lo consiguen, celebraremos la gestión y luego empezaremos a pedirles cuentas de sus tareas, que el pasado y la herencia recibida tarde o temprano quedan atrás.