El exjefe del Partido Nazi de América, simpatizante del Ku Klux Klan, está entre el puñado de candidatos de extrema derecha que han emergido en las filas republicanas y competirán en las filas conservadoras en las elecciones de noviembre en el Congreso y el Senado de EEUU. Pone los pelos de punta observar el regreso de actitudes racistas en la política, con el apoyo de los votantes.