El español honrado siempre está bajo sospecha, por eso necesitábamos un arma de fuego en casa, en el cajón de la mesita de noche como en las películas de suspense. El clásico cuchillo de cocina tiene que pasar a las estanterías de la historia, no es tan efectivo y mancha mucho la moqueta. Además, ya no pasa el afilador por el barrio y parece que no corta bien. Ahora hay que tener una de 9 milímetros, para poder dormir tranquilos de noche, para que no te asalten día sí y día también todos esos extremistas y polvorientos que están en cada esquina, acechando tu casa cada ocasión, sin que lo sepamos. Gracias por esta revelación sin precio. En la política hay eruditos que hablan por la boca de los clásicos: homo homini lupus est, que diría Thomas Hobbes y antes Plauto. Vamos a hacer nuestra particular Segunda Enmienda, vamos a traernos a Chuck Norris para los mítines electorales, y tendremos que crear la Asociación Nacional del Rifle y la Pistola, para que amenicen la campaña.

No es verdad que seamos uno de los países más seguros del mundo, como yo pensaba. No sé cómo hemos llegado hasta aquí, cómo hemos sobrevivido entre el caos y la violencia sin una beretta a mano. Lo que hubiéramos resuelto con unas cuantas granadas, ya puestos. Ahí caminan por delante, siguiendo el consejo impagable los brasileños, con sus 50.000 muertes violentas al año por armas de fuego; o los norteamericanos, donde todos los días hay tiroteos en centros comerciales o colegios. Deberíamos de haber estado más atentos, ahora que sabemos que nuestros males no son el paro, ni la corrupción, ni cómo pagar las pensiones, ni la despoblación o el envejecimiento de nuestra sociedad, ni la productividad, sino la violencia que todo lo invade. Esta es la propuesta que esperábamos. Aunque la delincuencia que más ha subido en nuestro país ha sido la informática, ya por delitos de odio o por las estafas contra el patrimonio, ahora la emprenderemos a tiros con el portátil, y todo arreglado.

Ya ven, aquí no hay riesgo alguno, no somos un país cainita ni acalorado. Somos fríos como los nórdicos y muy corteses. Todo lo arreglamos hablando y mediando. Puerto Urraco será una localidad francesa que pocos conocen. Ya me imagino un partido de fútbol con las aficiones de ultras con pistola al cinto, dándose educadamente las buenas tardes. Cuánta razón llevan algunos, que sí han sabido abrirse camino con su Smith&Wesson, entre fundaciones fantasma y financiaciones opacas.

Y digo yo, ya que contamos con generales jubilados comandando a la población, y todos tenemos un arma que utilizar, lo mejor sería unos barracones, aunque fuese a modo de campamentos de verano, donde todos los ciudadanos fuesen un mes al año, para su instrucción y las prácticas de tiro, no le vayamos a dar a quien no era. Que las armas, ya se sabe, las carga el diablo.

* Abogado y mediador