Espero que el buen sentido y la racionalidad se impondrán en este asunto para conservar este estupendo conjunto de árboles, y no ocurra lo que acaba de pasar en las calles aledañas de la barriada, en la que se han suprimido todos los árboles que no eran naranjos y cuya sustitución al parecer no está prevista, ya que no se han hecho alcorques para nuevas plantas. En este asunto permítaseme decir que se ha llegado a situaciones que rayan el ridículo, por la obsesión de suprimir árboles, como la que se ha producido en la acera derecha de la calle Felipe II, entre Gran Vía Parque y Julio Pellicer, donde se ha respetado un solo naranjo, que es el único ejemplar que ha quedado en el espacio mencionado.

Por otra parte, opino, y con ello recojo también el sentir de vecinos de la citada avenida, que, si se hubieran hecho un poco más estrechos los nuevos acerados --que son innecesariamente anchos y no perderían nada si hubieran sido algo más estrechos--, habría espacio suficiente para el carril que se quiere implantar, sin necesidad de recortar las medidas del bulevar. Reitero mi llamamiento a los responsables de la obra que se va a acometer para que no nos priven de unos elementos tan indispensables en un clima duro, como el nuestro, en gran parte del año, cuya sombra es tan apreciada por los residentes de la barriada, especialmente por los numerosos jubilados que la habitan y que tienen en este bulevar un magnífico espacio para sus paseos y que, además, es un verdadero recreo para la vista contemplar estas filas de ya robustos ejemplares desde cualquier punto de la avenida.

MANUEL HUERTOS RODRIGUEZ

MIEMBRO DE LA AVV CIUDAD JARDIN