Aquellos antiguos alumnos de los maristas, agrupados hoy en una Asociación, celebraron ayer su asamblea anual en el Colegio Cervantes, en un encuentro marcado por los recuerdos y las anécdotas vividas entre emociones y satisfacciones. Presidieron la asamblea el presidente de los AA., Juan José Primo Jurado; el director del colegio, Manuel Porras, y el rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, antiguo alumno e insignia de oro de la asociación. Como pórtico una eucaristía, en la que el celebrante glosó, en vísperas de la Navidad, los tres destellos del hombre o mujer feliz: «el amor como argumento central de la vida, las respuestas a sus más profundas interrogantes, y una coherencia responsable, eficaz y solidaria, marcada siempre por pasar haciendo el bien». A continuación, la Asociación destacó con la insignia de oro a antiguos alumnos que han aunado las señas de identidad aprendidas en Cervantes con puestos relevantes en la sociedad cordobesa. Este año, se entregaron a Francisco Muñoz Usano, Marina Álvarez Benito y Juan de la Haba Rodríguez. Abogado penalista el primero, médicos especialistas en oncología del Hospital Reina Sofía los otros dos, habiendo sido nombrada Marina, en el pasado mes de junio, consejera de Salud de la Junta de Andalucía. Las tres personalidades enriquecen el historial de los antiguos alumnos y sirven de ejemplo y de estímulo a las nuevas promociones. Junto a ellos, tuvieron especial protagonismo en la asamblea, el encuentro de las promociones que cumplen 50 y 25 años de su salida del colegio, junto a la que culmina este curso sus estudios. Por la promoción que cumple los 50 años, y que recibió como insignia la chasca de oro, habló José Carlos Moreno, catedrático de Dermatología de la UCO: «Tuvimos libertad y aprendimos a adquirir compromisos para afrontar el futuro y, no cabe duda, que la etapa escolar y la educación fueron muy importantes en nuestra vida de entonces y de ahora, ya que aprendimos a tener responsabilidad, a guardar respeto, a competir de forma honrada y, sobre todo, a valorar la amistad. De hecho estamos aquí para celebrar nuestra historia en común, sabiendo que en los últimos 50 años nuestras decisiones, carencias, talentos y personalidades fueron moldeados por las vivencias y aprendizaje con nuestros compañeros de la infancia y adolescencia y nos convirtieron en lo que somos hoy». Con 50 años de diferencia, las palabras de Paloma Ortiz, portavoz de los alumnos actuales de segundo de Bachillerato, destilaron un sentido similar: «Ahora, cuando esta etapa se acaba y comienza una nueva, es cuando nos damos cuenta de que era real esa frase que nuestros profesores nos decían: ‘Es importante la formación académica, pero no seréis nadie sin formación en valoresSSRq. Nos miramos unos a otros y nos preguntamos ¿qué sería de nosotros si no estuviéramos aquí? Queremos pertenecer a esta gran familia para toda la vida».

* Sacerdote y periodista