Me refiero al «Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, de la Asunción de Córdoba. Año 1854». Texto escrito a plumilla, en un ejemplar de la Colección de autores selectos latinos y castellanos, por mi antepasado Bartolomé Madueño. Estuvo interno en el Real Colegio de la Asunción que ahora celebra sus 450 años. Libro que guardo junto con otros muy parecidos, de mi abuelo y bisabuelo también colegiales en el siglo XIX. Yo continué la tradición familiar y también estuve interno durante los tres últimos años de aquel bachillerato de siete cursos. Por eso agradezco a los organizadores de los actos conmemorativos, su invitación a participar en una mesa redonda. Tiene Córdoba una joya del arte barroco: la capilla del Colegio edificada en 1708. Creí que la conocía bien después de tres cursos de misa diaria. Pero gracias al libro de José Arias Gamarra ahora la conozco mucho mejor. Asimismo apunto ahora, como motivo de reflexión, el excelente cuadro de profesores que enseñaban en el Instituto. Quiero destacar a don Teófilo Pérez Cacho, matemático de gran categoría intelectual y ética. A don Saturnino Liso, que sabía ganarse a los alumnos con una sonrisa. A don Juan Gómez Crespo que nos explicaba la verdadera memoria histórica. Y a doña Luisa Revuelta con su empeño en que leyésemos. Cada vez que veo en el metro de Madrid a pulgarcitos/as tecleando en sus móviles, la recuerdo; y sigo leyendo mi libro de papel, como ella aconsejaba.

* Periodista