Estar en la oposición suele ser sinónimo de desorden interno. Como casi nadie tiene cargos relevantes que perder, todos son más proclives a opinar y a discrepar de la dirección del partido en cuestión. Así es como está ahora mismo el PP. El día en que no sale uno a decir que deja la política, sale otra que ya se ha ido a criticar a los que se quedaron o se cuestiona directamente la estrategia del líder. Está pasando con el veto parental que intenta impulsar Vox en los colegios de varias comunidades autónomas. Hay gente abochornada en el PP por el ímpetu con el que también lo defiende Pablo Casado y por sus comparaciones con Cuba.

El penúltimo frente, no obstante, se le ha abierto en Cataluña. Y eso que casi no tienen representación. El portavoz municipal en Barcelona, el independiente Josep Bou, ha hecho unas declaraciones que suenan mal y que conviene analizar. Sin pelos en la lengua, como suele hacer este hombre, ha dicho que fue "un error" presentar a Cayetana Álvarez de Toledo como cabeza de lista al Congreso por Barcelona. “Para Madrid, Ciudad Real o Toledo sí, pero aquí no, porque los catalanes queremos gente de casa", ha explicado. Considera Bou que el PP, en definitiva, tiene que apostar por gente “que sea catalana, que tenga apellidos catalanes y que hable catalán”. Seguro que Bou sabe que Pablo Casado eligió a su candidata por Barcelona porque quería a alguien que hiciera un discurso duro, sin complejos y sin localismos, con el que acentuar la españolidad de Cataluña. Esa fue su estrategia. Puede ser equivocada, sí, pero era la suya.

En mi opinión, el error más grave no es llevar en esa lista a alguien de Madrid o de Málaga o a una persona que no tenga los ocho apellidos catalanes. El fallo fue principalmente el talante de la candidata. Cayetana Álvarez de Toledo habla como con soberbia, como si su capacidad intelectual siempre estuviera tres escalones por encima de sus interlocutores, sus compañeros de partido o sus adversarios. Desde ese punto de vista, ella encara el problema catalán como si fuera la mayor experta del mundo y como si tuviera la razón absoluta, sin matices. Y no sé, es posible que Bou, al que boicotean o escupen los independentistas radicales, se sienta más legitimado para hablar del asunto. El origen, si hablamos de la representatividad política en un país, no es un hecho electoralmente insalvable. Para nada. Lo que en el fondo creo que está queriendo decir Bou es que no le gusta la candidata, como a tantos en el PP, aunque fuera del mismísimo centro de Girona. Por eso, acto seguido ha amenazado con irse si no tiene el respaldo de la dirección, que está a otras cosas, como a competir ferozmente con Vox.

* Periodista