La primera vez que entré en el despacho de Antonio Ramos Espejo en Diario CÓRDOBA, en 1994, yo tenía 18 años y acababa de empezar Derecho. En aquella época solo tenía una cosa clara: quería escribir. Así que me planté en el Rectorado, por si había alguna revista universitaria, y el amable Carlos Miraz me puso en contacto con Antonio Galán, redactor jefe entonces del periódico, que me publicó un par de artículos largos en Cartas al Director. Cuando Galán me llevó a su despacho, Antonio Ramos, que había dado la alternativa en 1982 a Antonio Muñoz Molina en el Diario de Granada, me pidió tres artículos para esa misma tarde -imagino que para saber si yo iba en serio- y pasamos el resto del tiempo hablando de García Lorca; supongo que no solo por ser una pasión común, sino para darme confianza. Hoy veo al director Francisco Luis Córdoba, a Antonio Galán, a Carlos Miraz, a Manuel Fernández, a José Luis Rodríguez y otros compañeros del periódico en una hermosa fotografía con Antonio Ramos Espejo, que acaba de recibir el Pozo de Plata honorífico del Patronato Cultural Federico García Lorca de la Diputación de Granada, por las investigaciones y su potente difusión del autor de Poeta en Nueva York. José Entrena, presidente en funciones de la Diputación, se refirió no solo a Lorca, sino a «toda una vida dedicada a la investigación y a la difusión de los valores culturales de Andalucía y Granada, desde el final de la dictadura hasta la actualidad». Fue en el Museo Casa Natal de Fuente Vaqueros. García Lorca en los dramas del pueblo o García Lorca en Córdoba, con su recuperación entrañable de su amigo cordobés, el poeta José María Alvariño, son algunos de sus libros fundamentales. Aquella tarde le escribí sus tres artículos: uno de ellos, sobre García Lorca. Fue el primero de muchos, de una vida escribiendo. Enhorabuena a Antonio Ramos Espejo, que nos dio la mano a tantos, a los amigos que lo celebraron con él y también a Lorca, con su fuego infinito.

* Escritor