El misionero español Antonio César Fernández murió asesinado (15-2-09) en Burkina Faso tiroteado por terroristas del grupo radical islamista Boko Haram, El suceso se produjo tras recibir tres disparos cuando un ataque yihadista atacó contra el puesto de aduanas de la localidad de Nohao. En el ataque fueron asesinados también cinco funcionarios burkineses.

El salesiano regresaba a su comunidad en Uagadugú junto a otros dos religiosos que pudieron sobrevivir al asalto, tras celebrar en Lomé (Togo), la sesión del Capítulo de la Inspectoría Salesiana de África Occidental Francófona (AFO), ha explicado la congregación. Antonio César Fernández, nacido en Pozoblanco el 7 de julio de 1946, fue misionero en diversos países de África desde 1982, siendo fundador en dicho año de la presencia salesiana en Togo, su primer destino. A lo largo de su trayectoria trabajó como maestro de novicios (1988-1998).

Tenía 72 años era misionero desde 1982, año en el que fundó la presencia salesiana en Togo e hizo de este país de África Occidental su primer destino, si bien en la actualidad ejercía en Burkina Faso.

Faustino García Peña, amigo de César Fernández que actualmente trabaja en Túnez, fue entrevistado en la COPE para contar más detalles de la figura del misionero fallecido. «Tenía mucha esperanza, en su rostro mostraba serenidad y la luz de ese Dios que le iluminaba y le daba la vida. Los estudios eran muy importantes para él, pero también se empeñaba mucho en que los jóvenes se insertaran de forma idónea en la sociedad».

García Peña también ha resaltado que varias veces le dijo: «que el martirio sería una bonita forma de terminar su vocación porque significa dar la sangre por amor a Dios y a los hermanos». La fe ha jugado un papel importante en la forma de encajar esta muerte por los misioneros salesianos, pues consideran que «cuando un salesiano cae, la obra y la labor de los salesianos en esta parte de África continúa con más ánimo».

La muerte de César (en 2018 fueron más de cuarenta asesinatos de misioneros) sirve también para darnos a conocer la violencia que azota a Burkina Faso con un recrudecimiento de la amenaza terrorista en las últimas semanas. «Desde el 2015 la inseguridad ha aumentado. Por lo que el riesgo de sufrir atentados yihadistas está aumentando de forma trascendental», ha señalado y denuncia Faustino García.

Durante sus estancias en Córdoba, en la parroquia de San Nicolás, donde yo lo conocí, dejó huella a su alrededor, de lo características dichas, y mostraba y recordaba que los misioneros son una especie singular, pues sabiendo del peligro que corren, se mantienen fieles a su pueblo y son felices. Los cordobeses y Pozoblanco debemos estar orgullosos porque tenemos un mártir Santo, cuya muerte cruenta es un ejemplo y broche de oro a lo fue su vida.

* Licenciado en Ciencias Religiosas