Exaltando algunas de las cualidades del buen gobernante se trae a colación apuntes de lo indicado al respecto de su padre adoptivo, el emperador romano Antonino Pío, por su ahijado, también siguiente emperador, Marco Aurelio, según escribe este en sus Meditaciones.

«De mi padre: la mansedumbre y la firmeza serena en las decisiones profundamente examinadas. El no vanagloriarse de los honores aparentes; el amor al trabajo y la perseverancia; el estar dispuesto a escuchar a los que podían hacer una contribución útil a la comunidad. El distribuir sin vacilaciones a cada uno según su mérito. La experiencia para distinguir cuándo es necesario un esfuerzo sin desmayos y cuándo hay que relajarse... La sociabilidad y el consentir a los amigos que no asistieran siempre a sus comidas y que no le acompañaran necesariamente en sus desplazamientos... El examen minucioso de las deliberaciones y la tenacidad sin eludir la indagación, insatisfecho de las primeras impresiones. El celo por conservar a los amigos, sin mostrar nunca disgusto ni loco apasionamiento. La autosuficiencia en todo y en la serenidad. La previsión desde lejos y la regulación previa de los detalles más insignificantes sin escenas trágicas. La represión de las aclamaciones y toda adulación dirigida a su persona. El velar constantemente por las necesidades del Imperio. La administración de los recursos públicos y la tolerancia ante la crítica en cualquiera de estas materias; ningún temor supersticioso respecto a los dioses ni disposición para captar el favor de los hombres mediante lisonjas o agasajos al pueblo; por el contrario, sobriedad en todo y firmeza, ausencia total de gustos y deseos vulgares...El hecho de que nadie hubiese podido tacharle de sofista, bufón o pedante; por el contrario, era tenido por hombre maduro, completo, inaccesible a la adulación, capaz de estar al frente de asuntos propios y ajenos. Además el aprecio a quienes filosofan de verdad, sin ofender a los más, como tampoco dejarse embaucar por ellos; más todavía, su trato amable y su buen humor, pero no en exceso».

* Doctor ingeniero agrónomo. Licenciado en Derecho