Año de bienes. Y resulta que existe incluso una razón agrícola. El manto blanco actúa de aislante térmico para la tierra que hay debajo y sus brotes, además de mantenerla en perfecta humedad, así que cuando la agricultura era la mayor fuente de riqueza, la nieve era una bendición. Que el manto níveo que ha cubierto gran parte de la península debe convertirse en buen augurio, lo tengo tan claro como el año pasado tuve que el 2020, bisiesto y cambio de década, sería un completo desastre, por mas que lamente no haberme equivocado.

Así que estoy convencida de que 2021 será un gran año, aunque los incrédulos señalen que los inicios no dicen lo mismo. Esas imágenes grotescas del atentado a la mayor democracia del mundo por lo que de precedente suponen... y me digo, «bueno ha servido para frenar los delirios de grandeza de un rufián que debe acabar en la cárcel».

Estas nevadas inéditas que han supuesto tanto daño, comunicaciones cortadas, más cese de clases y actividades. Y me vuelvo a decir «aunque haya repunte del covid, si ahora media España está incomunicada, volverá a bajar».

!Pero si ha subido hasta la luz! - me dirán ustedes ahora-. Cierto. Pero Pedro y Pablo ya no juegan a las cartas con la misma baraja y es obvio que Pablo ni puede dar lo que promete, ni lo que promete es real. Ha sido trending tópic oír a ese Pablo lo de «vamos a bajar la factura de la luz» mas de cien veces. ¿Lo positivo? pues que o dimite (¿se imaginan?) o la fractura del gobierno (que muchos ministros desean) es un hecho o, aún mejor, aquellos a los que más les duele la factura de la luz, entenderán por fin que las fantasías chavistas de Pablo aquí no cuelan y que la riqueza y el empleo -no público y confortable, ese del que por cierto habrá mucho este año- lo crean las empresas privadas. Es simple.

Por eso me quedo con otro refrán que atribuyen a Shakespeare. «Lo que sucede conviene». En este 2021 tenemos que haber aprendido. Lo que ha sucedido nos debe hacer ver cosas que nunca hubiéramos visto... Y eso conviene y mucho.

Lo que nos ha sucedido nos tiene que ayudar a buscar otros horizontes, a mirar desde la perspectiva desde la que nunca hubiéramos mirado y seguir adelante. Lo mismo que la nieve aísla la tierra que está debajo, lo que nos ha ocurrido en el 2020 debe protegernos para sacar lo mejor, lo que está ahí abajo. Resiliencia, cambio de hábitos, solidaridad, saber que no somos nada en un mundo amenazado por un virus invisible. Y no se angustien, porque como alguien me dice cada día, el día que nada nos suceda, estaremos muertos... ¿Qué prefieren?