Este año las listas de lo mejor del año no son ninguna tontería: son un buen resumen de cómo están las cosas y un disparador de invitaciones a la reflexión y la tertulia. Hace un año escribí una columna sobre esas listas que tanto nos gusta hacer y compartir... Y que tanto nos gusta atacar y cuestionar cuando las hacen otros. Yo las amo. Es un juego divertido que me lleva a ordenar (y pensar) un año de cine y preguntarme en qué punto estoy como espectadora. Pero este año, además de deliciosas, esas listas me parecen importantes porque sintetizan doce meses de charlas animadas y necesarias sobre el estado actual del cine y, en general, del audiovisual.

Aunque cada lista es un mundo, hay una serie de filmes que, por la sencilla razón de ser buenos, se repiten en casi todas. Pero lo interesante de las listas de este 2018 es que no solo quedarán como un testimonio de las mejores historias, las mejores escenas o las miradas más especiales. Quizá es ingenuo, pero quiero creer que trascenderán como un buen resumen de un año en el que nos hicimos mil preguntas y no nos respondimos ni la mitad. En casi todas las listas están las enormes Roma y La balada de Buster Scruggs, con toda la información (o no), la confusión y la curiosidad sobre los cambios en la producción, distribución y exhibición de cine. También con todas las opiniones sobre cómo deben verse las películas: en el cine, en casa o como te dé la gana.

En muchas está (o debería) Al otro lado del viento. Repito: en muchas listas del 2018 aparece una película de Orson Welles. Y ahí está también uno de los debates más estimulantes del año sobre autoría y rescate de un pasado cinematográfico que dábamos por perdido.

Y vuelvo a Roma. En un momento en el que han estallado definitivamente las fronteras entre pantallas y la jerarquía de los formatos parecía superada, no paro de oír (y, aunque me cueste aceptarlo y reconocerlo, de asentir en secreto) que la película de Alfonso Cuarón «es otra cosa, es cine». ¿Qué quiere decir eso? ¿En qué quedamos? Qué maravilla cerrar un año (y abrir otro) hablando de cine y no solo cantando nuestras favoritas.

* Periodista