Esta abogada estadounidense tuvo en 1991 un valor inusual: en una actitud pionera, plantó cara a un juez estrella de Estados Unidos que la había acosado sexualmente. Aquel episodio revolucionó el escenario social, pero tuvo un alto coste personal para Anita Hill, a la que ahora, con gran acierto, han puesto al frente de la comisión creada en Hollywood para poner fin al trato degradante a las mujeres.