En Córdoba ya no somos cuatro gatos. Una política que lo obvie colabora en la expansión de la pobreza. Hay que apoyar a los emprendedores porque por ellos que dan curro no falta el pan en las casas. Está bien ayudar desde asuntos sociales y cada día 10 es una bendición para muchos hogares. Pero ese día 10 también expolia unas arcas públicas necesarias para la sanidad y la educación. Lo que se precisa son «Personas del Diez» es decir, empresarios arriesgados. Y empujar a los negociantes desde los ayuntamientos es la única forma de que los necesitados pasen a ser contribuyentes. Pero ahogar la empresa en exigencias o negativas es un crimen político. La conciencia de Aldea está haciendo mucho daño a los nuevos cordobeses. Los vecinos ya con una edad se quejan demasiado por los ruidos porque ignoran la insonorización avanzada de hoy día que además vale un pastón. Pero quien no sepa combatir el sonido de la vida y prefiera así paralizar la ciudad, que se vaya a vivir a Los Ángeles que es una aldea de Alcolea. Porque por ser tan sibaritas, Córdoba está muy atrás cuando acorde a su historia es una referencia mundial como El Cairo o Roma. Nuestra Ribera debería ser una zona más concurrida y explotada. Y no lo es por culpa de tres vecinos protestones. Por poner un ejemplo, el Pub Sojo Ribera no solo es una preciosidad, sino que da de comer a todos los negocios colindantes y no parecemos valorar esas ideas. Por donde desemboca el Potro había un negocio que se llamaba Radiadores Morga, honorable como todos los trabajos, pero que no hacía ruido porque solo había un currante. En fotos antiguas, la Cruz del Rastro, a izquierda y derecha era de pena. ¿Queremos eso? Nadie puede decir que estos negocios hayan provocado que la Ribera sea de droga, peleas y ruidos sino todo lo contrario: una pasarela de educada y elegante juventud. ¿Preferimos el botellón de niños chicos en mitad de una explanada? No por Dios. Tenemos un río culto, unos puentes suaves y un ancho paseo peatonal para el cual los conductores nos hemos sacrificado por el desarrollo del ocio y la cultura. Pues bien, la zona sigue sin despegar cuando ciudades como Sevilla no paran de mimar la zona ribereña. Hace unos años se presentó por el Consistorio un proyecto urbanístico llamado Ciudad del Ocio que pillaba toda la Ribera y el Arenal y presumía de significar el definitivo lanzamiento turístico de nuestra ciudad. Pero paró por culpa de la conciencia de Aldea. El Ayuntamiento que consiga reactivarlo quedará en la memoria de todos. Y a quien le moleste que Córdoba se haga grande para el mundo, reitero, que se vaya a vivir a Los Ángeles, que es una aldea de Alcolea que está muy cerquita.

* Abogado