Animada quizá por el éxto de la ruta de las iglesias fernandinas, que superando las mejores previsiones llena la Axerquía de turistas, la iglesia del Juramento de San Rafael acaba de abrir un centro de interpretación que une arte, religiosidad popular y esencia de Córdoba. Y es que esta original iniciativa patrimonial pretende acercar a todos, cordobeses y visitantes, creyentes o no, la importancia del Custodio en una ciudad sembrada de imágenes y símbolos que no solo recuerdan que se halla bajo sus alas protectoras, sino que a fuerza de siglos esta iconografía que se multiplica por todos los rincones ha acabado convirtiéndose en un reclamo más de eso que llaman «la marca Córdoba». Como se explica en los folletos editados con todo lujo de detalles para dar a conocer el proyecto, apoyado también en las nuevas tecnologías para abrirlo a la opinión de los ciudadanos, se trata de descubrir con una mirada plural los valores espirituales, sociales, históricos y artísticos que otorgan los cordobeses al Custodio, tan presente en triunfos, expresiones plásticas de todo tipo y, en suma, en el perfil urbano como desconocido es el origen de una devoción que se funde con la leyenda.

La idea se debe al rector del templo, el canónigo Fernando Cruz-Conde, que no para de imaginar cosas y ponerlas en práctica --a él y a la ayuda de un eficaz voluntariado se debe la apertura del precioso patio anejo a la iglesia, que un mayo más podrá visitarse durante el certamen municipal--. Para desarrollarla ha contado con el apoyo de las fundaciones Vimpyca y Cajasur, el Cabildo y la dirección técnica del historiador del arte Enrique Garrido y la gestora del patrimonio Eva María Delgado. Ambos han diseñado un espacio, situado en la galería alta, donde conviven documentos de valor excepcional, piezas artísticas y un material audiovisual de última generación que traza el recorrido de la iconografía rafaelista dispersa por toda la ciudad. Se establecen rutas, tan de moda ahora por estos pagos, que animan a la participación del público, bien sea de modo virtual a través de redes sociales y web (www.centrointerpretacion.juramentosanrafael.com) o preferiblemente con paseos reales que pueden seguirse por Google Maps si uno tiende a despistarse.

Pero eso es fuera del templo. Dentro, la aproximación a El Ángel de Córdoba --nombre de la nueva oferta museística, cercano a ese Alma de Córdoba que tantos visitantes atrae a la Mezquita-Catedral todas las noches-- se articula en cuatro núcleos temáticos: el primero se remonta al origen de la devoción, cimentada en la aparición en 1578 del Custodio al padre Roelas en el mismo solar donde se alza la iglesia, cuya evolución arquitectónica se narra en maquetas de Rafael Ortiz Cordero; el segundo se centra en las dos grandes devociones que acoge el Juramento, pues además de a San Rafael se rinde culto a los Santos Mártires de Córdoba --verificados por el propio arcángel según la tradición--, hasta el punto de considerarse la iglesia un gran relicario. El tercer apartado describe la ampliación de aquella a medida que iba creciendo el tirón popular, institucionalizado ya en 1716 con la creación de la hermandad del santo, custodia del Custodio desde hace tres siglos. Por último, se narra el proceso de cómo esa devoción popular plasmada en exvotos y donaciones se hizo seña de identidad de la ciudad, gracias en parte a las aportaciones artísticas de figuras tan señeras como Antonio del Castillo o Gómez de Sandoval.

La Semana Santa, con su mezcla de religiosidad y ocio, puede ser una buena ocasión para conocer este centro de interpretación que se afana en que crezca la sombra alada del arcángel.