El PP lo llamó metrotrén. Iba a enlazar Villarrubia con Alcolea a través de Córdoba, con paradas en El Higuerón y un apeadero en el Parque Joyero, para impulsar esa zona empresarial y facilitar el acceso al centro de convenciones, ferias y exposiciones en el que se estaba transformando el pabellón Cajasur, famoso, caro y de infausta trayectoria. Estaba José Antonio Nieto de alcalde y consiguió que ADIF arreglara un par de estaciones, pero el servicio no llegó a ponerse en marcha. Llegó el gobierno local de PSOE-IU y la alcaldesa, Isabel Ambrosio, dijo que había que revisar el proyecto y que lo verdaderamente interesante era un cercanías que ampliara la prestación: un recorrido de Palma del Río a Villa del Río que enlazara la provincia, crear un paso fluido entre los pueblos y la capital. La idea también era buena, pero más cara todavía, y las relaciones con el Gobierno central del PP no la ponían fácil. Las migajas de inversión durante los años de crisis se prolongan durante los años de recuperación.

Entró el proyecto en la categoría de los culebrones cordobeses, con comisiones de estudio, el movimiento ciudadano, empresarios, sindicatos, preguntas parlamentarias y acusaciones políticas. Completo el pack, y con la duda siempre de si habrá usuarios que quieran subirse a esos trenes, la iniciativa volvió a restringirse al metrotrén, aunque se siga llamando cercanías, y el gobierno local consiguió que se declare de utilidad pública el servicio, lo que quiere decir que Renfe asumirá las inevitables pérdidas económicas de su puesta en funcionamiento. Isabel Ambrosio anunció que estaría en marcha en septiembre del 2017. Ya ven que no. Ahora, en su primera visita a Córdoba como vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo ha asegurado que se darán pasos para comenzar en septiembre. Del 2018.

Casi dos mandatos municipales se va a comer el proyecto de cercanías, a pesar de que las vías del tren están puestas y de que hay dos estaciones-apeadero ya remozadas, que se van a estropear sin estrenarse. Igual que cuando se decidió enlazar Madrid-Sevilla a través de vías de ancho europeo que permitieran el paso del tren de alta velocidad. En cuatro años se hizo la obra, incluidos túneles que perforaron Sierra Morena para eludir el paso de Despeñaperros, incluidos 471 kilómetros de obras y una fecha fija: 1992 y la Exposición Universal. ¿Cuestión de dinero? Por supuesto, pero también cuestión de claridad de ideas, de objetivos definidos y de determinación. Todo ello brilla aquí por su ausencia. ¿Estará el cercanías en septiembre? Por si acaso, mejor será ir andando. O en autobús de Aucorsa.