El Comité Ejecutivo Nacional de Ciudadanos (Cs) decidió ayer por unanimidad romper el pacto de investidura con el PSOE en Andalucía, que permitió el gobierno de Susana Díaz, por los «incumplimientos» del acuerdo en materia de regeneración democrática, según anunció ayer el líder de la formación en la comunidad, Juan Marín. Como consecuencia de esa ruptura, Ciudadanos no aprobará los próximos Presupuestos a la presidenta andaluza. Susana Díaz había condicionado el adelanto de los comicios autonómicos a mantener la estabilidad en su Gobierno, por lo que todo indica que su siguiente movimiento será anunciar el anticipo electoral antes de que finalice el año 2018.

Es evidente que los dos actores, tanto PSOE como Ciudadanos, están confluyendo en ese adelanto electoral que, por otra parte, era ya un secreto a voces. Por las razones que cada uno tenga dentro de sus estrategias electorales, no deja de ser un movimiento legítimo que, eso sí, debería venir subrayado por una transparencia mayor de las causas que van a conducir a los andaluces a las urnas antes de que se agote la legislatura. El panorama con el que se presenta el curso político que se acaba de abrir es tan intenso como incierto, ya que tampoco está muy claro que el Gobierno central no vaya a tener que apuntar también hacia las urnas, al igual que Andalucía, dada la singularidad en la que se encuentra.

Tanto Ciudadanos como PSOE tienen sus propios intereses, que han provocado el final del pacto de legislatura. A Ciudadanos porque unas elecciones en Andalucía pueden ser factibles para que su marca recupere algunas posiciones que puede estar perdiendo en el ámbito nacional, y para el PSOE porque puede consolidar su músculo en el Gobierno. El adelanto de las elecciones ha sido algo que ha estado en las últimas fechas en la calculadora tanto de la ejecutiva socialista como del partido naranja. Por tanto, ahora deberían esforzarse en no echarse las culpas unos a otros y en anunciar con claridad las causas de la convocatoria, si así se decide. Andalucía no está en estos momentos para incorporar un clima político de crispación porque eso es también un añadido de inestabilidad. Si hay elecciones, que sean cuanto antes y por las razones más claras posibles, y que pase lo más pronto el trámite de este episodio de intereses cruzados buscando un culpable del adelanto.

Ciudadanos se la ha puesto botando al Gobierno de Díaz para que ponga fecha a unos comicios antes de que finalice el año. No es necesario que todos busquen en la otra parte al culpable de unas elecciones prematuras, porque en eso coinciden: los dos pueden tener prisas.