El pasado día 10, la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Fray Albino, de Córdoba, y dentro de la celebración anual del Día del antiguo alumno del colegio, ofreció un homenaje de agradecimiento a Enrique González Mazán por la labor desarrollada desde 1984 para dar a conocer las actividades del citado colegio y de la Asociación.

Enrique llegó a la barriada de Fray Albino en 1950, con 7 años y se integró en las actividades promovidas por la Parroquia de San José y Espíritu Santo, donde coincidió con el inolvidable párroco D. Antonio Gómez Aguilar y con un grupo de chavales, con los que participó en las actividades que se llevaban a cabo en el salón parroquial, de las que surgió un sentimiento de afecto y solidaridad que ha perdurado desde entonces. Allí nos conocimos y experimentamos las vivencias propias de la infancia, la adolescencia y juventud en el barrio, en el que nuestra mayor afición era jugar al fútbol. El San José C.F. del Club de los Chavales y el Santiago C.F. en la categoría de los modestos, lo tuvieron siempre como fijo en sus alineaciones.

En 1984, coincidió que Enrique entró en Diario CORDOBA como jefe de administración y yo accedí a la dirección del Colegio Fray Albino. Desde entonces hizo desde su puesto todo lo humanamente posible para que todas las actividades que el colegio organizó fueran publicadas en las páginas del diario, y han sido muchas. La presentación de la Asociación de Antiguos Alumnos, en 1994; las convivencias de final de curso; la celebración del 50 aniversario del colegio y la designación del Colegio como Cordobés del Año en 1999; la designación de Avda. de Fray Albino a la hasta entonces llamada Avda. de la Confederación en el 2000, y la conmemoración en 2008 del 50 aniversario de la muerte de Fray Albino, tuvieron una amplia acogida en las páginas del periódico. Actividades en las que siempre estuvo presente con su inolvidable Chelo.

Yo, que por circunstancias de la vida, he formado con él y nuestro muy querido Pepe Ariza, desde nuestra adolescencia, un trío que ha vivido con intensidad las alegrías y penas familiares de la vida, estas últimas en el caso de Enrique excesivas, nunca le he dado las gracias a nivel personal, por todo lo que ha hecho por nuestro colegio. Por eso recibí con gran alegría el acuerdo adoptado por la Junta Directiva de la Asociación y aproveché la oportunidad, para dárselas «de manera oficial y en público», dada mi calidad de director del colegio desde 1984 al año 2000, en el que me jubilé. Enrique se jubiló en el 2003 y ha seguido colaborando y lo seguirá haciendo, en la medida de sus posibilidades, teniendo en cuenta la alta estima que sienten por él los profesionales del Diario. Un fuerte abrazo, Enrique.