Pagamos impuestos a pesar de cada sufrir más recortes sociales difícilmente conquistados, les pagamos para que gobiernen bien y administren mejor, pero nos engañan. El colmo del engaño y la mentira ha tomado carta de naturaleza con el gobierno Sánchez, pero no ha sido ni el primero ni el único, no vamos a recordar las armas de destrucción masiva de Iraq de la era aznariana. Les pagamos para que nos mientan; ojos que no ven, corazón que no siente. Bésame y dime tonto. Pero, ¿y si no nos mienten? Porque la mentira habitual tiene ese doble filo, ese que viene el lobo, que viene el lobo, hasta que viene de verdad y nos come porque ya no nos lo creíamos. Bueno, pues ahora el corona virus. ¿Es normal que si la infección no es tan grave, y si además resulta que el virus mata menos que una gripe normal, abran todos los días los telediarios con la noticia? ¿Es normal que si en España tenemos solo dos casos, y de rebote, a causa de dos turistas, todos los días salga calmando los ánimos el coordinador que han nombrado? ¿Y es normal el hecho mismo de que exista un coordinador para una crisis que no es grave ni parece, por lo que dicen, que no es crisis? Y, cuando terminan de decir que no es grave, sale la corresponsal en China contando que las ciudades están estado de sitio, que a la gente se le prohíbe ir a trabajar y mil lindezas más, ¿por una enfermedad que mata menos que la gripe? En fin, no cuela, o ya no sabemos si cuela, que es peor. Y encima un montón de empresas anulan su presencia en el World Mobile Congress. No pensemos mal creyendo que todo es mentira y que la cosa está chunga, pero ¿podemos pensar bien? Eso es lo peor, que nos han acostumbrado a desconfiar de todo, una desconfianza que riega el campo abonado del miedo y de las noticias falsas (¿o son verdaderas?, quién sabe). Recibo un whatsapp con una pretendida captura de pantalla, dicen que tomada por un médico chino, donde se ve que los casos y muertes son ochenta veces superiores a lo que dicen. ¿Es verdad? ¿Es mentira? No lo sé, pero seguro que la gente se lo cree. Por algo será. La gente desconfía, especula, tuerce la boca, guiña un ojo. Sí, por algo será.

* Escritor

@ADiazVillasenor