La Feria Intercaza, que comenzó ayer en el Palacio de la Merced --la Diputación sigue cediendo generosamente su sede a la celebración de eventos-- demuestra, con sus expositores, jornadas técnicas y actividades paralelas, que la caza hoy día tiene una relevancia que va más allá de su propia práctica. Ya lo dice el nombre completo del certamen: Feria de Turismo, Ocio Activo y Medio Ambiente. Desde el respeto a las personas y organizaciones legítimamente contrarias a la actividad cinegética, hay que resaltar el peso los argumentos en su defensa, pues de la caza se deriva una importante actividad económica, ligada al turismo y a la preservación de especies autóctonas y del medio ambiente. En Córdoba, con un movimiento económico anual de unos 18 millones de euros --la cuarta parte del que se genera en Andalucía--, la caza tiene importancia en todos los extremos citados, con 39.829 licencias (a las que se suman los cazadores llegados de otros puntos de España y del extranjero), 170 rehalas, 31 cetrerías, 1.463 cotos (253 de ellos de caza mayor, lo que implica superficies más extensas) y 35 montes públicos. Es una realidad palpable, y también un potencial de futuro, pues hay muchas actividades de su industria y servicios auxiliares que se pueden desarrollar, además del reto de hacer aflorar la economía sumergida y mejorar la calidad de la oferta. Controles exhaustivos para la buena práctica cinegética, y difusión de las virtudes de los espacios naturales que se mantienen en torno a la caza permitirán mantener al alza esta industria.