El pasado 29 de abril el Instituto Nacional de Estadística, una de las pocas instituciones (todavía) fiables de este país, publicó la estadística regional de España desde el año 2000 hasta el 2018. Entre las cifras más relevantes, la de la renta per cápita española y de las distintas comunidades autónomas. El resultado no podía ser más desalentador para la economía andaluza. Y bastan unos datos y unos simples cálculos para que nos hagamos una idea cabal.

Para empezar, la renta per cápita española en el año 2000 fue de 15.935 euros, mientras que en el año 2018 fue de 25.854 euros, es decir, un crecimiento del 62% en términos nominales. La renta per cápita andaluza fue, en el año 2000, de 11.823 euros, siendo en 2018 de 19.132 euros, lo que supone un crecimiento del 61,8%. O lo que es lo mismo, la renta per cápita andaluza creció en los últimos 18 años al mismo ritmo que la media española. Lo que significa, en términos relativos, que los andaluces tenemos una renta per cápita que era del 74,2% de la media nacional y es hoy del ¡74%! de la media nacional. Es decir, que en 18 años no hemos convergido nada, o sea, que estamos en términos relativos donde estábamos.

El problema es que cuando se hace una comparación de un todo con una parte se pierde perspectiva, pues la media española es más baja precisamente porque incluye a Andalucía, que, además, es una región relativamente grande en el conjunto nacional. Veamos qué pasa si hacemos la comparación con la comunidad autónoma con mayor nivel de renta, Madrid, y con otra de similar tamaño poblacional que Andalucía, Cataluña. Pues que el resultado es más descorazonador. Madrid tenía en el año 2000 un nivel de renta per cápita de 21.333 euros o lo que es lo mismo una renta per cápita un ¡80%! mayor que la andaluza. O si se quiere de otra forma, Andalucía tenía en el año 2000 solo el 55,4% de la renta per cápita madrileña. El problema es que 18 años después no solo no nos hemos acercado a la renta madrileña, sino que seguimos lentamente alejándonos: hoy ellos tienen el ¡82,5%! más de renta que nosotros, o lo que es lo mismo, nosotros no llegamos ni siquiera al 55% de la renta per cápita madrileña. Y la comparación con Cataluña no es mucho mejor: si en el año 2000 los catalanes tenían un 64% más de renta que nosotros, hoy solo tienen un 61%. Es decir, que nuestra renta per cápita era el 61% de la catalana del año 2000 y hoy es del 64%, lo que supone la extraordinaria mejoría de ¡tres puntos en 18 años!

El simple análisis de los datos anteriores nos indica que la economía andaluza no converge. Es decir, que, si sigue como va, no alcanzará nunca la media española, que tampoco alcanzará a la madrileña, y que, a este ritmo, tardará solo 216 años en converger con Cataluña. Realmente todo un logro.

Y la constatación del hecho de que la economía andaluza no converge nos debería llevar a una también simple reflexión. Si el entorno macroeconómico en el que se desenvuelven las economías andaluzas, madrileña y catalana es, desde hace más de cuarenta años, el mismo, y el institucional (Constitución, autogobierno, regulaciones básicas, etc.) es también el mismo, algo debemos estar haciendo mal dentro de nuestra Comunidad para que no converjamos. Más aún, algo debemos llevar haciendo mal desde hace mucho tiempo, desde hace casi 40 años, para que ni con los Fondos de Compensación Interterritorial (que inyectan dinero para las Comunidades con menores niveles de renta), ni con los Fondos Europeos (Feder, Fondo Social Europeo) que llevan otros tantos, y que hemos recibido los andaluces y no los madrileños y catalanes, no hayamos podido reducir la diferencia. Algo debemos estar haciendo mal, seguramente muy mal, y haríamos bien en analizarlo.

* Profesor de Economía. Universidad

Loyola Andalucía