La crisis económica que está provocando el covid-19 es una crisis mundial. Según los últimos informes, el Producto Mundial Bruto se contraerá este año alrededor del 3%. Es decir, viviremos una crisis de crecimiento más profunda que la de 2009, y mucho más generalizada, pues salvo China y otros países asiáticos, que crecerán un raquítico 1-1,2%, el resto de los países del planeta viviremos tasas muy negativas de crecimiento. Estados Unidos tendrá una recesión del 6%, la Unión Europea del 7,5%, los países petroleros del 5%, Latinoamérica del 5,5%...

Dentro de la Unión Europea, las grandes economías vivirán la más dura recesión desde el fin de la Segunda Guerra Mundial: Alemania, motor de Europa, tendrá una caída del 6,5-7,5%, sobre todo, por la caída de las exportaciones al resto del mundo; Francia, más dependiente del turismo, pero también potencia exportadora, tendrá una caída mayor, del 7,5-8%; Italia, más dependiente aún del turismo, y con más drásticas medidas, un 9,5-10,5%; y, finalmente, España, más dependiente aún si cabe del turismo, y una peor gestión de la crisis sanitaria que Alemania y Francia, una caída del 8-10%. Incluso economías muy industrializadas y poco turísticas como Suecia tendrán caídas del 6,5-7% o las muy financieras y comerciales como Holanda sufrirán una recesión del entorno del 7%. Toda Europa va a vivir la recesión, que costará un billón de euros, y, con ella, el incremento del paro y del déficit público.

Con este panorama, ¿alguien ha creído que la UE como conjunto, con un presupuesto de 165.000 millones, puede por sí sola abordar la crisis? ¿alguien ha creído que Europa va a tomar una decisión que beneficie más a España o a Italia por tener un par de puntos más de recesión? ¿Alguien, realmente, cree que Alemania, con una recesión que le va a costar alrededor de 300.000 millones de euros, va a poner, además, otros 60 o 70.000 millones para España e Italia? ¿Podríamos, incluso, como se está haciendo desde el Gobierno, fiar la solución de nuestra situación a la UE y acusar a Alemania y a otros de insolidarios?

Mucho me temo que hacerlo es desconocer la realidad de UE y de la solidaridad europea. Una solidaridad que empieza por el euro, pues el euro es una moneda de referencia porque es el marco alemán con otro nombre. Es decir, Alemania es la economía (por su credibilidad sostenida en su ahorro, superávit exterior, superávit público y baja deuda pública) que hace posible que el euro sea una moneda estable, lo que permite que el Banco Central Europeo pueda comprar la deuda de países como España (con 100%/PIB de deuda pública) a coste prácticamente cero. El segundo instrumento de solidaridad de Alemania es el presupuesto europeo, pues es contribuyente neto desde siempre, mientras que España es receptor neto. Si España ha convergido con Europa se ha debido, en parte, a los fondos europeos. Y, finalmente, el tercer instrumento de solidaridad de Europa es la existencia de fondos de estabilidad, empezando por el MEDE (de 700.000 millones de euros) o SURE (de 100.000 millones) precisamente para países que van a sufrir un alto paro por emergencias como el covid-19, que se pueden pedir.

Desde Europa, desde Alemania, no se entiende que el Gobierno español «exija solidaridad» y, menos aún, con el argumento de que crecerá el euroescepticismo o que la alternativa a este gobierno es un gobierno «sostenido» por los populismos de derecha, cuando parte del Gobierno de coalición es euroescéptico y son «populistas» de izquierdas.

Haría bien el Gobierno, primero, en ser prudente en Europa; segundo, en conocer las demás economías europeas y no solo la burocracia de Bruselas; tercero, en saber que, en economía, nada es gratis; y, cuarto, en ser conscientes de que lo que nos pase es nuestra responsabilidad, su responsabilidad, no de la señora Merkel. Pero, claro, para eso, hay que ser realista y responsable, algo que, desde luego, no es este Gobierno.

* Profesor Política Económica

Universidad Loyola Andalucía