Hoy es 24 de febrero. Hace exactamente 19 años, llegó a nuestras vidas una bendición, Alejandro, y estas líneas van para él, aunque me temo que no sabré expresar todo lo que quisiera decirle.
Alejando, tu nombre me recuerda a un barquillo cubierto de chocolate y todo tú a un enorme corazón de azúcar. En estos años nos has enseñado mucho a todos los que te rodeamos, nos has enseñado que con esfuerzo se consigue llegar a la meta, sea cual sea.
Nos has enseñado que con una sonrisa verdadera se abren los corazones.
Nos has enseñado lo que es un abrazo que sale del corazón y que cura los dolores, sobre todo los del alma.
Cuando tú estás cerca nos convertimos en mejores personas, porque de toda esa bondad que tienes a raudales y no se te acaba, nos prestas un poquito.
En estos 19 años, que te han hecho un hombre, cada día nos das motivos para estar orgullosos de ti; cuánta felicidad repartes sin pedir nada a cambio.
Te quisiera decir muchas más cosas, ojalá supiera plasmarlo en palabras.
Muchas felicidades, te queremos, no cambies nunca.