El Festival de Salzburgo que celebra su 97 edición, con operas, conciertos, teatro y toda clase de acontecimientos artísticos, inició su andadura con un discurso a cargo del jurista alemán Ferdinand von Schirach. Alcanzó la fama con Crímenes, una serie de relatos basados en su experiencia como penalista. Revelación editorial traducido a treinta idiomas, entre ellos el español que leí en 2011. Me captó su estilo sencillo sin brochazos seudoliterarios y con hondas reflexiones sobre la miseria y la grandeza del ser humano. Ahora me ha captado de nuevo, y sorprendido, con su discurso: un alegato contra el poder de decisión del pueblo. «Hay una parte oscura en la brillante idea de que el poder emana del pueblo, pues la voluntad del pueblo se manipula (...) ¿Qué sucede si la mayoría popular se decanta por esa parte oscura del poder?». La Historia está llena de ejemplos --dijo-- pero no se remontó a las elecciones que llevaron a Hitler al poder. Se refirió al instrumento de poder actual, Internet, que «ha cambiado el sentido fundamental de la democracia». Afirmó que en la era digital se facilita la maldad y la estupidez. «La ira del pueblo es impredecible (...) Nadie debe estar en posesión de la verdad, ni siquiera los electores». Y se pregunta: «¿Qué ocurre cuando la mayoría decide por el mal?». Su leit motiv: el Derecho contra el poder y no solo contra el poder de la tiranía sino también contra los deseos malévolos del pueblo. Se opone a los referéndums, a la democracia directa. Poner en manos del pueblo la capacidad de decidir, proporciona un terreno fértil a los demagogos.

* Periodista