La nueva etapa que se ha abierto en el Córdoba CF, «para valientes», como la ha calificado el flamante propietario del club, Jesús León, en la amplia entrevista que hoy publica Diario CÓRDOBA, ha dado sus primeros pasos marcados por la normalización de lo que deben ser las relaciones de una entidad del peso de la blanquiverde con su entorno social. León apela a la unidad para hacer frente a un reto tan difícil a corto plazo como es el de conseguir salvar la categoría de Segunda División A, un objetivo ahora a 11 puntos, una tarea en la que quiere implicar no solo a los profesionales que saltan cada jornada al campo, al cuerpo técnico y a los componentes de su consejo, sino a toda la ciudad. «Ahora, como el único objetivo es la salvación, lo que toca es trabajar remangados», subraya el presidente cordobesista en la entrevista. De ahí que los primeros días, mientras que la dirección deportiva hacía las gestiones oportunas para apuntalar una plantilla de futbolistas con déficits que los malos resultados han dejado en evidencia, León se haya afanado en devolver al Córdoba una estabilidad social quebrada por las múltiples fracturas que la gestión llevada a cabo por Carlos González había ido abriendo en distintos frentes.

En apenas tres semanas, el Córdoba CF ha vuelto a la vía natural del diálogo con el Ayuntamiento, roto por la anterior propiedad en los meses precedentes, una entente fundamental dado que el estadio de El Arcángel es de propiedad municipal y que las claves para desatascar el tema de la ciudad deportiva están en mano de la Gerencia de Urbanismo; el club ha tendido la mano a los veteranos blanquiverdes, con quienes González rompió relaciones y desahució de El Arcángel, situando al presidente de los viejas glorias en su consejo; en una semana, el estadio lucirá nuevo césped; y, lo que es más importante, la llamada a la heroica ha calado en la afición, que ha vuelto a poblar unos graderíos que se estaban quedando vacíos.

A la nueva época del Córdoba CF le ha tocado tener que crecer sometida a las urgencias de una situación deportiva dificilísima, que ha obligado a los nuevos gestores del club a llevar a cabo una importante inversión económica por la salvación. Esperemos que esta dé sus frutos. Los primeros pasos ya están dados, ahora es el momento de que la llama de la ilusión y la esperanza siga viva en el estadio. Es de esperar que la respuesta de la afición que se vio el pasado domingo ante el Barcelona B no sea flor de un día, y que sea una estampa habitual en El Arcángel cada partido. Para ello, también tienen que hablar los jugadores sobre el terreno de juego y devolver con buenos resultados esa confianza puesta sobre ellos. Es su turno. No puede haber rivales que pongan sobre el campo más intensidad que los nuestros. Los jugadores tienen que estar a la altura de la afición, esto es, con ánimo e incansables. Es el único camino para el éxito.