Me refiero a mi amigo de la infancia, adolescencia y juventud, líder natural sin pretenderlo, de sus compañeros, Manolo Armenteros Martos, que el 3/7/18 publicó una carta en este periódico defendiendo a la maltratada hasta hace pocos años Medina Azahara e indirectamente al cronista Rey Díaz.

«Yo soy yo y mis circunstancias», dijo Ortega y Gasset. El Guerra, cuando se lo presentaron, extrañándole la profesión de filósofo dijo: «Hay gente ‘pa too’, pero ‘ca uno es ca uno’».

Las circunstancias de Manolo y las mías fueron muy distintas a partir de terminar nuestra carrera y nos hemos creído distintos a causa de las malditas circunstancias hasta ayer... Con José Mª Rey Díaz visitamos, hace más de sesenta años, el Alcázar en ruinas, la Mezquita, incluidos los sótanos y las ruinas de Medina Azahara. Nos hizo respetar e integrar con la máxima naturalidad a un par de gitanos compañeros de clase. Este increíble profesor y educador de nuestro BUP, ahora cuestionado, nos conoció profunda e individualmente a cada alumno, mejor que nuestros propios padres. Nos hizo crecer nuestra autoestima y civismo más que nuestros progenitores. ¿A que sí, Manolo? Seguro que tu defensa de Medina Azahara, que yo comparto al 100%, nos la imbuyó el catedrático Rey Díaz.

Manolo, nuestras circunstancias nos separaron, pero quedaron las raíces que ahora afloran. Coincido contigo. ¡Qué alegría! Un abrazo.