Agustín Gómez

Recibo con pena la triste noticia del fallecimiento de mi viejo amigo Agustín Gómez. Pero junto con la tristeza de perder al amigo, me asaltan tantos recuerdos, de tiempos pasados en los que su palabra y su voz eran el mejor referente para los aficionados, «amigos del cante» de su programa, no solo cordobeses sino de un público muy amplio en toda Andalucía. Sin duda Agustín fue siempre un hombre de un grado inusual de inteligencia, lo que unido a su pasión por investigar con profundidad todo lo que tuviera que ver con el cante y el Arte Flamenco en general, al conocimiento directo que ya le había aportado su foro familiar --donde su padre, El Lucero de Montilla, brillaba con luz propia por nuestra campiña--, el manifiesto arraigo de la tradición flamenca en su pueblo, toda esa formación había llevado a Agustín a convertirse en un pilar importantísimo para nuestra afición. No solo nos presentaba la actualidad flamenca candente del momento, sino que sus dotes de docencia y compromiso por llegar al fondo de todo lo que el flamenco encierra, lo convertían en una «enciclopedia» al alcance del aparato de radio o del Diario CÓRDOBA donde escribió por tantos años. Una enciclopedia viva; la mejor enciclopedia, ya que no era solo la profunda sabiduría de sus palabras sino también el convencimiento y la pasión invertida en hacerlas llegar con «garra» al aficionado, lo cual no sólo te instruía sino que también te inspiraba.