Internet ha desarrollado, junto con sus muchas ventajas para la sociedad, un grave problema, el de las adicciones online, que, con el mismo esquema de desarrollo de las adicciones de siempre, añade la privacidad --en la soledad de cada casa no hay freno social ni miedo al «qué dirán»-- y la dificultad en su detección. Estas tendencias, que abarcan desde la adicción al móvil hasta el porno o las compras en la web, se están acentuado en el caso del juego. La Asociación Cordobesa de Jugadores en Rehabilitación señala que el 40% de los casos que atiende se deben al juego online, y Ludópatas Asociados Rehabilitados pone el acento en que cada vez son más jóvenes los usuarios. Son actividades legales, presentadas como una distracción más, que para algunas personas acaban convirtiéndose en una esclavitud y un grave problema, además de la ruina económica. El bombardeo publicitario y la presencia de figuras destacadas en la promoción del juego contribuyen a extenderlo, y, como siempre, internet va por delante del control legislativo. Los legisladores deben estudiar la situación antes de que continúe avanzando este problema, y poner freno a los excesos.