Neymar, Cristiano, Sobera y Coronado saludan desde la pantalla. La experiencia es atractiva, extraordinariamente sencilla, inmediata... adictiva. Las apuestas on line galopan sin freno. Solo en apuestas deportivas, el número de jugadores ha aumentado en el 2018 el 30% respecto al pasado año. 800.000 personas se conectan cada mes. Se han convertido en la primera actividad del juego on line después del casino y el póker. La presencia de sus anuncios es omnipresente. A excepción de la Real Sociedad, la Liga de Fútbol Profesional y todos los clubes de Primera División tienen acuerdos con alguna empresa de apuestas. El perfil medio del jugador es un hombre de entre 26 y 35 años, de nivel social medio alto o bajo. Pero el rostro más inquietante es el de los jóvenes. El 14% de los jóvenes de entre 16 y 17 años apuesta on line. Burlar la ley que les impide jugar por su condición de menores es extraordinariamente fácil. Todo ello unido a la impulsividad del adolescente, la presión del grupo y el poco control del uso del móvil por parte de los padres conforman una situación de alto riesgo. El Gobierno está ultimando un real decreto que frene la expansión de las apuestas deportivas on line y regule su publicidad de forma similar a lo que se hace con el tabaco, protegiendo especialmente a los menores. Numerosos expertos coinciden en que el juego se está convirtiendo en la adicción más importante del siglo XXI.