La cosecha de aceituna, que en los últimos años cada vez se recolectaba más pronto, está volviendo este año a acercarse a sus fechas clásicas. Hace décadas, hasta que no pasaba la fiesta de la Inmaculada, el 8 de diciembre, las cuadrillas no solían salir al campo a recoger la aceituna. Pero eso cambió, y muchas fincas suelen terminar la campaña antes de que llegue diciembre. Ahora, entre las lluvias de primavera, un verano menos caluroso en Córdoba que ha retrasado la maduración, y las lluvias de estos días que impiden la recogida, los agricultores vuelven a acercarse a las fechas tradicionales. Eso sí, desde octubre se ha cosechado una parte, y los «aceites verdes» recién exprimidos que últimamente hacen furor ya se están vendiendo.