Ya en su momento le expresamos a las personas que nos votaron y a las que no nuestro sincero agradecimiento y total compromiso por hacer una ciudad más humana y comprometida; tenemos que darle obligadas explicaciones especialmente a aquellos que confiaron en nosotros y hoy pueden sentirse conturbados, aturdidos y decepcionados por algunas graves acusaciones que se están emitiendo sobre mi persona y el equipo que representamos. Como suele ser normal en cualquier organización pueden suceder problemas internos, pero si se difunden con mendacidad y frío ensañamiento, la cuestión se agria y es un mal referente para las personas que creen en nosotros, se sienten traicionados.

Desde nuestra organización cívica creemos en el diálogo y que éste es el mejor instrumento en tiempos de grave crisis económica y social. Se está generando una lógica desconfianza en los políticos y, si desde dentro se fomenta con posiciones y actitudes que no buscan el consenso ni conversan con rectitud, buena intención y respeto al otro, la cuestión se inflama y se agrava con premeditación y alevosía; y esto hay que denunciarlo, especialmente, cuando hemos optado por convertirnos en servidores públicos y éste es el objetivo prioritario de nuestra dedicación a la política municipal de Córdoba.

Hay imágenes que valen más que mil palabras; in ocultis se descalifica y ridiculiza a la persona que crea y dirige el partido que presido y le ha dado al pintor acogida para este compromiso social asumida tras unas siglas. Esta persona escribe mejor que pinta; se presenta como víctima y ataca sin razón ni piedad a toda persona que le molesta o no le gusta; usa su buena educación con destreza perniciosa. Hace un discurso bien hilado y redactado con punzante acritud, con la destreza de una buena formación que ha tenido la suerte de recibir y que la utiliza para mofarse y destruir al que él considera su adversario. Con sibilina dulzura y en defensa propia, dice, me ha dicho de todo; me ha difamado, me ha lanzado toda clase de descalificaciones, improperios e insultos; me ha vaciado públicamente de mis principios ycualquier virtud; me ha representado como un payaso, como un ser con poca ética. En mi interior, he pensado a veces que describe con precisión la imagen que cada mañana él ve en su espejo. Puesto que la cuestión está sub iúdice, mejor dejar a los jueces que se pronuncien, aunque me siento injusta y gratuitamente injuriado. A veces me consuela ese dicho que no ofende quien quiere sino quien puede.

No sería sincero si no confesara que esta maníaca obsesión por destruir mi persona me ha producido sinsabor y desconsuelo; no tanto por el acoso gratuito sino, sobre todo, por el dolor que ha podido causar en las personas de mi entorno; pero, puesto que estamos hablando de responsabilidad política, escribo estas letras para aliviar el desconcierto que puede estar produciendo esta sinrazón en todas las personas que honestamente han depositado su confianza en nosotros.

Siempre he dicho que mis palabras siguen a mis sentimientos, me salen del corazón, como se suele decir, y a veces me traicionan al carecer de ése cultivo que dan los estudios y puedo dar una mala sensación para aquellos que censuran. Pero si he de elegir, prefiero la sencillez humana a ese refinamiento culto que es capaz de organizar una agresión destructiva y malévola con el uso terrorista de las palabras.

Puesto que tengo que dar cuenta de mis compromisos y acciones a mis electores y a toda la ciudadanía de Córdoba sobre lo ocurrido, reconozco que como todo ser humano puedo haber errado y de hecho, dicen los santos escritos, que el justo se equivoca como mínimo siete veces al día. Pero, en contra de lo que se quiere demostrar, soy una persona honesta de principios, sin ciencia oculta o adquirida, pero comprometido sin límites, a mi manera y con mi modo de ser, al bienestar de la ciudadanía cordobesa; y así intentaré seguir haciéndolo, pese a esta planificada campaña y pertinaz interés en desacreditarme.

Rafael Gómez

Presidente de Unión Cordobesa