Rafael Molina Sánchez Lagartijo, una de las más grandes figuras de la historia de la tauromaquia (a partir de él comienza a hablarse de arte en los toros), permaneció en activo durante veintinueve temporadas (1865-1893). El I Califa del Toreo actuó en 1.632 corridas y mató 4.867 toros.

Para encontrar una trayectoria tan dilatada en la tauromaquia cordobesa, sin pretender establecer comparación entre ambos diestros, hay que referirse un siglo después a Juan Serrano Pineda, Finito de Córdoba. En sus veintinueve temporadas ininterrumpidas en activo como matador de toros (1991-2019) ha participado, hasta la fecha, en 1.375 corridas (unos 2.780 toros estoqueados incluyendo funciones en solitario y mano a mano), logrando 1.350 orejas, 53 rabos y 23 indultos. Si sumamos las actuaciones como novillero con caballos las cifras totales ascienden a 1.512 festejos y 3.070 reses lidiadas. Ha toreado en las principales plazas de la totalidad de los países de la geografía taurina europea (España, Francia y Portugal) e iberoamericana (Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela). En diez ocasiones ha quedado entre los nueve primeros del escalafón (en 2001 fue líder con 102 ajustes), siendo de los toreros actuales el que más toros ha indultado en cosos de primera categoría. Entre las corridas emblemáticas en las que ha participado destacan: Domingo de Resurrección en Sevilla, Prensa de Madrid y Goyesca de Ronda. Además ha cortado dos orejas a un toro en las tres plazas más importantes del mundo: Ventas del Espíritu Santo (Madrid, 1993), Real Maestranza de Caballería (Sevilla, 2000) y Monumental de Insurgentes (México D.F., 2001). Sus registros en el coso de Los Califas (su plaza) son impresionantes: 59 corridas, 55 orejas, 2 rabos, 2 indultos y 16 salidas por la puerta califal. A este cómputo hay que añadir 8 novilladas (2 sin caballos y 6 con picadores) y 16 festivales, lo que totaliza 83 paseíllos. Un año más actuará en la Feria de Nuestra Señora de la Salud; siempre ha estado excepto en 2014 y 2016 (se suspendió por lluvia su actuación en solitario en el XXV aniversario de su alternativa). Entre los numerosos galardones concedidos en Córdoba destaca el trofeo Manolete en tres ocasiones (1994, 2001 y 2005).

Como ya he mencionado en ocasiones anteriores, la conjunción entre calidad artística y perfección técnica que atesora el Fino es excepcional. La dimensión de su toreo es reconocida y valorada por crítica especializada, aficionados y profesionales (en esta misma temporada se ha podido apreciar en Valencia y Castellón).

* Catedrático