Hombres y mujeres con una trayectoria impecable fueron distinguidos con los máximos honores de las ciudades y pueblos de Andalucía. El Guadalquivir sintió la emoción de ver condecorados a hijos e hijas de esta tierra que han dado mucho de sus vidas por los demás. Personas que se han distinguido por su honestidad y profesionalidad en su compromiso con la vida. Ellos y ellas son referentes de una sociedad que clama por los méritos en la dignidad personal y colectiva.

Manuel Nieto Cumplido, sacerdote y doctor en Historia, fue nombrado hijo predilecto de su ciudad natal, Palma del Río. Nadie como él ha sondeado la Edad Media. Otros hombres y mujeres fueron galardonados con la medalla de la ciudad palmeña: Antonio Acosta, luchador por la clase obrera; Rafael González comprometido con la vecindad; Adela García mujer y madre trabajadora; María del Carmen Adamuz médica pegada al corazón; Federico Navarro, catedrático de Derecho del Trabajo; la Asociación de enfermos de alzheimer, Balzheimer, quince años trabajando la memoria del olvido y el dolor, y Purificación Contreras, in memoriam, una luchadora de la donación de órganos, solidaria hasta el último día de su vida.

Y ante todos ellos, las aguas de presente y futuro del gran río de Andalucía se descubren levantando puentes de progreso y regando tierras fértiles para que una sociedad democrática sepa valorar a tanto talento humano e intelectual al servicio de la comunidad. Gentes que saben que al día de Andalucía continúan todos los 29 de febrero, estén o no estén, pues lo utopía es un trabajo serio y constante, movido por la verdad y la generosidad, tan lejos del bochornoso espectáculo de la demagogia que algunos populistas impulsan para arañar votos.

El Guadalquivir se siente orgulloso de las vidas de estos andaluces abnegados en sus disciplinas y en su compromiso con el prójimo, y se avergüenza de quienes pretenden vivir asentados en tretas electoralistas.

* Historiador y periodista