En el 2018 se vendieron en España un 6,9% más de automóviles que el año anterior (1.320.734 coches), un aumento que en Córdoba ha sido superior, en torno al 10% (12.668 turismos matriculados). El dato puede parecer positivo, pero que no lo es tanto si se tiene en cuenta que no se han cubierto las previsiones. El ritmo alcista que mantenía desde el 2012 en España (desde el 2013 en Córdoba) se ralentizó tras el verano pasado, lo que hace que el sector afronte el 2019 con incertidumbre. La automoción se encuentra en un momento de cambio, en el que los coches híbridos y eléctricos se abren paso, y que ha coincidido con una normativa más estricta sobre el control de emisiones a nivel global, y en España, además, con dos decisiones del Gobierno: la subida del impuesto al diésel y la prohibición de la venta de vehículos con motor de combustión a partir del 2040. El Ejecutivo ha hecho bandera de la transición energética, y las medidas anteriores van en esta línea. No cabe duda de que una movilidad más sostenible beneficiará a la larga a los ciudadanos, pero tampoco hay que olvidar que anuncios de este calado influyen en las decisiones de compra. Por ejemplo, en la caída de ventas de vehículos diesel, que en nuestra provincia ha bajado un 16,45%. Hacen falta reglas de juego claras para todos y suficientes incentivos como para que su aplicación no represente un perjuicio para uno de los motores económicos del país.